217. Las botas y el bastón

217. Las botas y el bastón

Las botas con las suelas desgastadas
tosían con el polvo del camino.
Escritas en su piel de pergamino
memorias de las rutas transitadas.

Reposan su cansancio en la vereda
y lavan sus fatigas en el río
que baja con caudales del estío
brillando superficies de arboleda.

Arrugas en su rostro son testigo
del tiempo dedicado a caminar.
Ignoran cuándo van a claudicar
conscientes de que andar es su castigo.

-¿Tendremos que seguir eternamente?-
Preguntan al bordón que está a su lado.
-Los años con vosotras he pasado...-
Responde la cayada tiernamente.

-... y así quiero vivir lo que me quede.
El día que faltéis está lejano.
Pensar en vuestra muerte es inhumano.
¡Arriba, que la suerte nos precede!-

Y juntos se dirigen al sendero.
Las botas disimulan su penuria,
el báculo marchando con incuria,
los tres con el espíritu altanero.

xxx

Churrete
​

 

Gracias, César... un abrazo. Vicente.