Ese día

Ese día todo era como de costumbre, el sol, la brisa,
el cielo, las nubes, el tiempo, mi sombra, mi vida.
Ese día, todo era como de costumbre, todo menos ella.
Apareció como una nueva flor que nace en un jardín
que se le escapó a la primavera, como una nueva estrella
que encontró su brillo en la oscuridad del espacio, como el
mejor sonido que nace en el corazón apagado de un músico.

Ese día no existía más que sus ojos, nuestras manos y
un amor que se paseaba sonriendo entre los dos,
despacio, disfrutando de ese momento que sobrepasó las
expectativas de nuestros sueños, momento que segundo
a segundo iba llenando de ilusión el baúl de nuestro
futuro, motor de nuestro presente, recuerdo de nuestros
pasados que se unieron para ser un solo destino, el amor.