No me lo digas...

¿A dónde estabas?
¿Qué otros ojos se reflejaban en tu mirada?
¿A dónde ibas antes de mí?
¿Quién escuchaba tus susurros de madrugada
y quién hacía nido en tu cuerpo cuando yo no era de por aquí?

No, no me lo digas…
prefiero imaginar que naciste el día en que te ví
cuando me imaginé por primera vez rodeada por tus brazos,
cuando inventé tu beso y tu tacto
cuando quise más de ti,

¿Quién te quitaba el aliento,
a quién esperabas, quién era la dueña de tu desvelo,
y quién cobijaba en su dormir tus sueños?

No, no me lo digas…
así serás por siempre intacto,
impoluto y santo
y tal vez pueda adorarte así;
en realidad no quiero saber de antes,
que yo también tengo pasado sin tí…
y no, no te lo voy a decir.​

 

Anda dime quién te enseño a besar así...
con ese fuego de dragón
con esa llama de Fenix
con ese deseo que hace temblar la tierra
y provoca desastres sobre mi cuerpo.

No me lo digas... Quizás el tsunami
de mis celos pueda sacudir mi sangre de amante
para hacerte naufragar sobre las olas...


Agua de besos...Agua de cuerpos
qué se vuelve agua entre mis sentidos...
¿Quién te enseño a amar así?
¡No me lo digas! ¡El sentiría celos de mi!

Anda dime...

 

No debiera importar quién fue mi maestro
ni quién las maravillas que hoy son mías te las enseñó a tí,
más al advertir la intensidad del sentimiento
no podemos más que agradecernos
habernos descubierto después de aquellos
que en su paso dejaron las huellas
que hoy hacen que podamos querernos así...
No, no me lo digas y yo no habré nunca de decírtelo a tí.

gracias por pasar!!! y por continuar...un beso grande! un placer leer

 

Hermoso derroche de sentimientos
que nace y vuela como un suspiro
en la boca del deseo.
Besos.

 

Bella inspiración, Felicidades!!

 

Bello, simplemente eso. Recibe un cálido abrazo de mi parte, enorme gusto el leerte.