La estación de los días más felices.

Quisiera ser la aurora cuando enlaza
las flores y el rumor del nuevo día
despierta la pasión del sol que guía
el rumbo de un fulgor que tiembla y pasa.

Quisiera ser el fuego al que se abraza
el tenue palpitar de mi tranvía,
deseo alzar la voz de mi utopía
y quebrar con un grito su carcasa.

Abrigo y sangre quiero ser ahora
y un dulce son que acalle cicatrices
con vívida ilusión y en cada hora.

Pintar quiero contigo los matices
de ese tibio rubor en el que aflora
la estación de los días más felices.

 

Este poema lo había publicado hace unos cuantos meses y la verdad es que no me terminaba de convencer. Vuelvo a publicarlo con algunas correcciones . Saludos !

 

Te ha quedado hermoso el poema.
Gracias por compartir. Saludos.

 

Excelente versión, estimado Supersoulazul,
día a día te superas;
un saludo cordial,
Eduardo

 

Lirismo y ternura. Nadie como tú para comunicar, querido compañero Martín, el sentimiento de amor por la vida y su fugacidad. Un poema muy bello. Luis

 

Un soneto impecable, amigo, de una gran altura poética, una belleza de versos. No conocía esa primera versión de la que hablas, solo te puedo decir que esta versión es perfecta.

Un saludo cordial.

 

!Gracias Antonio! Un placer recibir tu visita! Un abrazo compañero!

 

!Gracias Lou! Me alegra que te haya gustado, gracias por tu comentario! Saludos.

 

!Muchísimas gracias Eduardo! Te mando un abrazo!

 

!Muchísimas gracias Luis!, de corazón. Se que no tienes el elogio fácil, de modo que recibir tus tan gentiles y sinceras palabras, me enorgullece.
Gracias por tu visita y por tu comentario. !Un abrazo compañero!

 

!Muchas gracias Jmacgar! Creo que es la primera vez que recibo un comentario tuyo, y la verdad es que me llena de orgullo que te hayas detenido en estos pequeños versos y te hayas tomado el tiempo para comentarlos. Gracias también por los puntos de "reputación!. ! Un sincero abrazo compañero!