Dejadme que me ría

Solo hay que ver quién es un Nobel de la paz, ni más ni menos que algún presidente de un país líder en exportación de armas, entre otros. Un placer haber pasado y saludarle.

 

El mundo está siempre en guerra, aunque estos días parece que Oriente Medio corre peligro de desestabilizarse un poco más. Necesitamos la paz. Brillantes décimas, amigo Vicente.
Un saludo. Luis

 

Un placer leer tu excelente trabajo muy laborioso cumplendo con la estructura de la décima, con su armonia y rima, logrando dar un mensaje coherente, un buen contenido, en el poder se habla de paz y en la practica se promueve la violencia, el odio y el rencor, que desencadena la guerra, recibe un gran saludo cordial desde Venezuela.

 

Unas décimas muy bien labradas, un bello y agraciado sentido en la poesía clásica es tu colaboración diaria, siempre es un gusto enorme leerte amigo
Abrazos estimado Chu

 

Si no fuera por lo trágico, Vicente, risa daría ver con qué rapidez dieron el Premio Nobel de la Paz a un hombre que ahora parece que va a entrar en guerra en un sitio que es además un polvorín que puede traer nefasta consecuencias. Como siempre ha sucedido con las guerras, se les puede aplicar el viejo dicho de que "es peor el remedio que la enfermedad".

Te felicito por estas décimas, amigo.

Un abrazo.

 

Hola Vicente.
Estas décimas, fluidas, excelentes bien podrían estar en el foro de políticos, pues invitan a la reflexión.

La igualdad, el acceso a la educación, será el único camino que permita la paz. Tienes razón de que el egoismo vital del hombre hará complicada la tarea, pero la educación, el beneficio de la ética, y en definitiva la igualdad, mejorarían este patético mundo que fagocita al marginal. Es cierto que los poderosos se han arrogado el concepto de paz, violándolo, pervirtiéndolo y devaluándolo hasta extremos insospechados. Pero su esencia, existe.

Miremos alrededor
y veremos podredumbre
tan brillante como lumbre
del hogar del herrador.

Con ello hay que acabar. Desde luego es difícil conseguirlo en este sistema plutocrático y brutal que maneja el mundo; al menos hay que intentarlo.

Después de lo acontecido en Ruanda, o en la Masacre de Srebrenica, no seré yo quien diga que la guerra a la guerra nunca es el camino. Que se lo pregunten a ellos, cuando los cascos azules los abandonaron a su suerte. El problema es la profunda demagogia que sustenta las declaraciones de guerra. Mueven la línea de la "soberanía" en función de quien tengan delante, y de sus propios intereses. Me gustó la modificación de la RAE de la palabra UTOPÍA. Pasó de adjetivarlo como irrealizable a muy dificil realización. Si no existe el concepto de paz, Vicente, soñemos al menos activamente en algo que se le parezca.

Un saludo.

 

Algunos se le llenan la boca con la palabra "Paz", mientras por detrás hacen la guerra. Buenas décimas Chu, un placer haberlas leído.
Un abrazo.