Noche invicta

Las horas caían
del entramado del tiempo,
agotadas,
llovían sobre mi desconcierto.

La noche,
invicta,
nuevamente vacía,
con paso cansino se iba hacia el día.

Arrastrando los pies
la mañana llegaba,
con su absurda promesa
de una nueva jornada.

Y yo,
que era un páramo
para los sentimientos,
me ponía los ojos
y salía a la calle.

Algún perro,
insonme compañero de llantos,
me seguía los pasos
sin mucho entusiamo.

Y mi alma, un baldío
con fanático empeño,
corría desolada
detrás de su dueño.

​

 

Un placer visitarte.. Te felicito.


Saludos.

 

me gustan sobremanera estos escritos mágicos, surrealistas y éste es muy bueno hugoescritor, me ha gustado la sensación final de desconcierto que dejas; ha sido un placer leerte, saludos y reputación.

 

Soledad, nostalgia y meláncolia destilan tus versos. Un placer leerte

 

Hola amigo Rogelio, gracias por tu visita.
Saludos desde Argentina.
Hugo

 

Gracias amigo Mario, eres muy generoso.
Saludos desde la Patagonia.
Hugo

 

Gracias, hay mucha generosidad en tus palabras.
Saludos
Hugo