Los poetas locos

Allá...

En los confines del celestial averno
donde toda pena es a perpetuidad,
cumplen sus condenas los poetas locos,
ésos que quisieron saber lo que es amar.

Extraviaron sus mentes por los laberintos
de los amores mentidos por la humanidad
y se perdieron en banalidades
al pensar que todo amante dice la verdad.

Pensaron, ¡ilusos!, que el amor siempre es bueno,
que santifica tan sólo por estar
cuando puede ser todo lo contrario:
la guerra a muerte sin mirar atrás.

Por amor también se miente, se mata, se engaña,
hasta a un hermano y sin pestañear,
no se escandalicen las personas santas,
ustedes ni imaginan lo que es amar...

 

Querido Hugo por amor se hacen cosas horribles como bien dices pero también cosas magníficas, el Taj Majal por poner solo un ejemplo. No creo que sea oportuno culpar al amor de éso, sé que como recurso literario es perfectamente válido y hasta bello pero no es cierto. Un abrazo amigo.

 

Interesante comentario mi amigo, que me hará repensar la estructura del poema. se agradece.
Saludos
Hugo

 

Bueno, pues tienes razón, todas las emociones intensas, como el amor, puede derivar en uno u otro sentido según cada persona y cada circunstancia, si ponemos al límite una emoción, podemos sorprendernos de muchas reacciones.
Me gustó, un abrazo.

 

Así es, querida Mave, has captado perfectamente el sentido del poema. Gracias por la visita y el comentario.
Hugo

 

Muy buena reflexión filosófica sobre el lado oscuro del amor.

En todo amor que se precie de ser escrito con mayúsculas no hay solo entrega, altruismo, etc etc, hay deseo, necesidad, obsesión, arrebato, ansias incontenibles, en fin....el lado oscuro, pero no menos bello que el lado luminoso. Creo que ese lado oscuro es potenciador de inspiraciones de antología.

Mis estrellas, querido amigo, que sus luces equilibren y fundan las dos caras de esa moneda. Y, si la maquinilla carajotilla, jajaja, me deja, la reputación merecida.

Un fuerte abrazo.

 

Gracias estimado maestro, es un placer recibirlo en mis letras.
Saludos
Hugo