Lucifer

LUCIFER


Me enamoré del infierno
por Lucifer engañado
y el otoño perfumado
se transformaba en invierno.
Me sumí en un frío eterno
de apatía y soledad.
Perseguí felicidad
y me topé con tristeza.
¡Fue penosa mi torpeza
cuando abracé la maldad!


Al principio disfruté
absorto por el señuelo
que puso en mis ojos velo
del que no me percaté.
Y nunca reflexioné
sobre la vil consecuencia
que mi fatal inconsciencia
sin duda me supondría:
Mi espíritu sucumbía
en el barro y la indecencia.


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Jajaja... Feliz Año, Luis. V.

 

A la artimaña y a la argucia. Acá lo que se muestra es la debilidad del ser ante placeres engañosos que van a terminar por espantarlo y despertarlo cuando ya está arrinconado... En ocasiones sucede que no se exigue asímismo el reflexionar antes de tomar alguna decisión que a la larga resulta en una perdición, pues:

Y nunca reflexioné
sobre la vil consecuencia
que mi fatal inconsciencia

La acciones no meditadas a tiempo producen consecuencias pesadas.

 

Lucifer me resulta un personaje fascinante. Mucho más logrado que Satanás. Un abrazo. Chu.