uno de los fantasmas en la máquina.

como todo autómata
he participado en la búsqueda, contemplación, y captura
de una extensa gama de nalgas:
nalgas subversivas con analistas de derechas
nalgas que prometen antibióticos desde el prólogo de un beso
nalgas afinadas, cuyos pedos armonizan con la Primavera de Vivaldi
nalgas que por no creer, no creen ni el teorema de Pitágoras
nalgas cimientos de autoestimas y salarios
nalgas que en el melting pot sudaron hasta la rumba
nalgas que juegan a los bolos con esos “hasta que la muerte nos separe”
nalgas inconformes reeditándose a bisturí
nalgas que facturan paredones
nalgas iletradas porque hay caballeros que también las prefieren rubias
nalgas de campanas y dioses que hacen yoga los Domingos
nalgas que me toca pagar si deseo existir
nalgas que palpo a versos si otras mentiras no alcanzan
en fin
que ahora en un rompiente de la barra
hay un par de nalgas
que sin redundar en las barbas de Darwin
ni en la calvicie de Desmond Morris
quiero
necesito
abordar a garfio, bayoneta, grafito…
incluso
si debo herirlas con ese otro metal por el que aun se pintan corazones
lo haré
porque en estos casos más que de sangre
suelo padecer de inercia.

 

Que lindo romper este cero, reflexion propia de un joven siempre pendiente de unas nalgas y por dedicarle tiempo, estan ya hasta clasificadas, jejejeje, te quedo muy bien, muy bien llevado y un cierre fenomenal, un abrazo, Pilar.

 

Nalgas para darles pellizcos,
un besito Freud. Buen fin de semana.

 

Sabía que se me quedaban algunas fuera de la lista.... abrazos Elena!

 

Parece que tu inercia sí fue modificada para clasificar las nalgas. Tus letras me dejaron esbozar sonrisas.

 

Interesante versar mi querido Freud. Me ha encantado. Besos con cariño.

 

La divinidad del verso libre en la gran poesía.