300. Las memorias del Tamboura

-"Contertulios del Tamboura,
Feligresas, Feligreses:
Llevo un tiempo barruntando
que debemos ser corteses
con los nuevos Mosqueteros...
(¿Tendrán vinos Bordeleses?)


Francamente emocionado,
a la vez que agradecido,
observo que en El Tamboura
las doncellas han cumplido
con sus fantásticas plumas...
(¿Cuando viene ese cocido?)


Es, por tanto, buena idea
-a la vez que menester-
celebrar este momento
tan florido de mujer
con una digna comida...
(¿Nos das algo de beber?)


¡Corra bella poesía!
¡Sea digno el caballero!
¡Invoquemos a las Musas!
¡Escribamos con esmero!
¡Que nos sirvan más tintorro!
(¿Llevan puesto su liguero?)


--..--


Athos

 

Gracias, Ana María... eres muy generosa conmigo. Besos. Chu.

 

Gracias, Virtus... abrazos. Chu.

 

El Tamboura Pregunta




Me dice la mesonera
que tiene un guiso de vaca
que por sabroso destaca
y más parece ternera.


Acompañarlo podemos
con buen vino de Navarra.
Mientras suena la guitarra
un buen tema encontraremos.


Que se preparen las damas,
que hoy estoy dicharachero,
y que muestren su liguero
que mi cuerpo ya está en llamas.


Apagaré mis calores
con la moza en la trastienda,
y que nadie se sorprenda
si tardo un poco, señores.


El ventero y la Constance
que disimulen un poco.
¡A la tertulia convoco!
¿Por qué no hablar del "Romance"?


--..--

 

Pues encantado, Felipe,
pero ya te conocía
que tu genial poesía
es razón para que flipe.
Y perdón que me anticipe
mas tu visita merece
lo que a mí más me apetece
que es gozar de la doncella
con una buena botella.
¡Dime! ¿A ti qué te parece?

--..--

 

El deseo que no es vano
es el ansia de buen vino,
que así El Tamboura convino...
(Y a la moza meter mano)
Ni beato ni pagano
se resiste a la fabada
que la moza descarada
nos cocina con salero.
¡Por no hablar de su liguero!
¿Y cuando viene escotada?


--..--

 

-¿Se dan cuenta sus mercedes
que este vino de reserva
nuestra líbido conserva
su pasión entre paredes?
-¡Serás tú que ya no puedes
por haber exagerado,
que yo mismo te he contado
por lo menos tres botellas,
y por tanto las doncellas
son asunto reservado!




-¡Callad, que viene la moza
sin sostén y con liguero!
-¡Es mujer de cuerpo entero,
y provocándonos goza!
-¡Mi corazón ya solloza
por no darle un buen meneo!
-¡Pues apaga tu deseo
que se trae de la cocina
el cuchillo que destina
a rebanar salchichón
y preparar el lacón!
-¡Ya me callo, o me asesina!




-¡Pero observad quién ha entrado!
-¡La mismísima "Elisalle"!
-¡Inteligencia y buen talle!
-¡De ella estoy enamorado!
-¡No seáis tan descarado!
-¡Es el alma del poeta
que a la rapsoda respeta
por su bello corazón!
-¡Te domina la pasión!
-¿La pasión por la panceta?




-¡Linda moza, un plato más!
-¡Y otro vaso, y otra jarra!
-¿Quién se suma a vuestra farra?
-¡Espera un poco y verás!
-¡Por ventura! ¿Satanás?
-Estás harto equivocada:
es hermosa y reputada
poetisa del Portal
que lo está pasando mal.
-¡Sirve un trozo de empanada!




-¡Elisalle, por favor,
ocupa un sitio en la mesa!
(es radiante cual princesa)
-¿Nos harías tal honor?
-Aclaremos el error
que te tiene confundida:
El callejón sin salida
de ese cambio en el apodo
no supone, en ningún modo,
en mis versos una huida.




-Somos cuatro, aquí sentados,
que rebosan de alegría,
y de magia, y fantasía...
(aunque estamos "colocados")
-¡Compondremos inspirados!
-¡Traigan platos bien repletos
y olvidemos ser discretos!
-¡Sirvan vinos de Jumilla!
(con jamón es maravilla)
¡Demos paso a los cuartetos!




I




En los mares mil corales ambarinos
le dedican su color a tu hermosura,
a la pátina que viste de ternura
esos ojos verdaderos y felinos.




II




Tan rotunda de belleza es tu mirada
que decoras con pasiones mis sentidos
antes cautos pero en celos consumidos,
cantan tristes tu canción desesperada.




III




En el alma no me que queda ya sosiego
ni motivos que alimenten la esperanza
de lograr que tu sonrisa y mi templanza
se perfumen con tomillo y con espliego.




IV




Es legítima y profunda mi certeza
de que el plato de judías con chorizo
pierde parte de su magia y de su hechizo
si se cambia el vino tinto por cerveza.




Epílogo




-¡Sólo cuatro y me parece que son pocos!
(Exclamaba la doncella alucinada)
El Tamboura no sería nunca nada
sin los versos de estos cuatro medio locos.

--..--

 

EL DÍA DE SAN ALBERTO




-Prólogo-




En Santiago se respiran
ambientes de San Alberto.
Ningún bar está desierto:
Los estudiantes conspiran.
En el Ribeiro se inspiran
toda suerte de indecencias.
Grandes juergas y estridencias
empiezan a tomar forma,
pues -como reza la Norma-
¡Es el Patrón de Las Ciencias!




El Tamboura se prepara
y hace pleno en la bodega,
que mucho vino trasiega
el que empezando no para.
-¡A mal tiempo buena cara!-
Piensa en alto la doncella,
que luce como una estrella
un escote de impresión,
con la pícara intención
de vender mucha botella.




El trajín de la cocina
anuncia ricos manjares:
Lentejas y calamares,
cocido, lacón, cecina...
Por el aire se adivina
que hay tortillas de patatas
de las que a diario no catas
por ser tortillas de fiesta:
De calidad manifiesta,
abundantes y baratas.




Con tantos preparativos
los "Feligreses" se ofrecen
a probar lo que apetecen
sus espíritus festivos.
Del salchichón son cautivos,
y del vino de Mencía
servido con alegría
son devotos servidores.
Pero, queridos señores,
demos paso a la Homilía.




-La Historia-




Llega al Tamboura Aramís
escorado de estribor
y su aliento es el olor
perfumado del anís.
-¿Pero en qué estado venís-?
Dice Porthos asombrado.
-¿No será que ha madrugado
el día de su Patrón,
y ya lleva un "colocón"
de los de mucho cuidado?-




El Cardenal desespera
ante el duro precedente
de tener un penitente
que no gusta del Ribera.
-Su Eminencia no se entera:
es la absenta superior
que sirven en el "Solpor"-
-¿El antro de tanta fama
que tiene mozas y cama
por si surge algo mejor?.




-"Athos dixit veritatis":
Allí fui con un amigo
y pongo a Dios por testigo
de que abundaban las "chatis".
-¿Seréis golfo, por Tutatis?
-Olvidemos el asunto...-
-¡La tortilla está en su punto!-
-¿Es la voz de la doncella?-
-¿Y quién va a ser si no es ella?-
-Si lo sé no lo pregunto-




-Un momento, caballeros,
la cuestión es importante...
¿Y si nos ponen delante
un problema con enteros?-
-Me gustaría entenderos-
-Mi pregunta es muy sencilla:
¿Hay cebolla en la tortilla?-
-¿Y qué importa? Si está buena...
¡Que venga la fuente llena!-
-¡Tu cerebro es pacotilla!-




-¡La cebolla es necesaria!-
-¡Para mí sin discusión!-
-¡Pero el sabor es dulzón!-
-¿Por qué llevas la contraria?-
-¡Tu razón es arbitraria!-
-¡No riñáis por las tortillas,
que os traigo dos maravillas!
-¿Las llevas tras el escote?-
-¿A que te rompo el cogote?-
-¡No te pongas tan quisquillas!




-¡Esto sí que es un detalle
de los que nunca se olvidan!
-¡No hace falta que lo pidan:
Se les oye hasta en la calle!
Esperemos que no falle:
Ambas hechas con cariño.
Ensalada con aliño,
doce huevos por tortilla
y que cese la rencilla,
que tienen alma de niño.-




--..--

 

CREATIVIDAD EN EL TAMBOURA


Es la víspera de fiesta
y El Tamboura se prepara
con un plato de cuchara
y prontitud manifiesta.


Con vino de manzanilla
acompañan el jamón
y con tinto peleón
queso tierno de tetilla.


La doncella está radiante
con su escote provocando,
sus pezones insinuando
con un toque muy picante.


Llega presto Don Vicente,
el soneto preparado,
que por eso es aclamado
del Tamboura presidente.


SONETO


-Le debemos un respeto sin reservas
al Soneto creativo y singular.
No por ello es necesario pelear...
(¡Cuánto tardan esas latas de conservas!)


-¡Habla claro que por lento ya me enervas!
-¡Discutamos sobre el vino a trasegar
que el fornicio y la bebida es empezar!
-Lía un porro con las hojas de estas yerbas!


-Les decía, caballeros del mesón,
que en los versos el placer es creativo
mas no sientan que se pierde la razón.


-No pretendo de un poema ser cautivo,
ni me gustan los excesos de pasión...
¡El criterio de belleza es subjetivo!


EPILOGO


Y con gran solemnidad
hicieron un largo brindis
a la creatividad.


--..--

 

Uno más en El Tamboura


Sea usted bien recibido,
ocupe usted su lugar
pues aquí no va a faltar
ni buen vino ni cocido.
¿Que desea ser oído?
Solo debe componer
poesía de buen ver
y reír sin la mesura
que aconseja la cordura
de la moza de Sober.


--..--


Athos-Chu

 

Me seduce tu postura,
mas no más que un buen liguero.
La doncella es lo primero:
Virginal y siempre pura.
Y el canino se sulfura
porque tiene que pagar.
No vayamos a abusar
y que sirvan el cocido
que me siento consumido
sin comer ni trasegar.


--..--

 

Este lobo va de lado
si se piensa que soy bobo,
que el cocido sin adobo
no es apenas delicado.
Que aunque sea regalado
sin desprecio del antojo
es mejor un buen añojo
que un cocido sin garbanzos,
como sirven en Betanzos,
lo que me llena de enojo.

CHU