El mar 2

El mar 2

¿Por qué amo la mar?
¿es que no debo amarla?
si yo en tardes lejanas, cuando joven,
en aquella calita solitaria
viendo ponerse el sol
me bañaba en sus aguas
tan tibias a esas horas,
en total desnudez para gozarla,
dándome revolcones en la orilla,
corriendo sobre espuma por la playa.

Si yo, en momentos de tristeza suma
y sufriendo delirios en el alma,
tantas huellas dejé sobre la arena
siendo besado por la brisa mansa
mientras perdida en el azul inmenso
tenía la mirada;
luego, tras muchas desoladas tardes
junto a la orilla plácida,
poco a poco me descubrí de nuevo
lleno de paz y calma.

Si yo, después de la jornada dura,
cuando el cansado cuerpo ya no aguanta,
voy a buscar la mar
antes que el sol se vaya
y allí en la orilla, en el amarradero,
subo sobre la barca
y me dejo mecer por esas olas
que, suaves, me relajan.

Cómo no he de amar el mar, la mar,
si yo crucé sus aguas puras, claras,
en un acto de fe, para curarme
de penas hondas que sentía el alma,
y su arrullo me dio
la vasta paz buscada;
si es, además, espejo de la luna
que en esas noches, cuando asoma cálida,
sobre ella deja en brillos su reflejo,
ese solo motivo me bastara
para sentir mi seducción por ella,
¿no son razones éstas para amarla?

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Estimado Juan Ramón, me parece bastante interesante esta estructura de liras arromanzadas. Me gustó mucho la que copio a continuación:

i yo, en momentos de tristeza suma

y sufriendo delirios en el alma,

tantas huellas dejé sobre la arena

siendo besado por la brisa mansa

mientras perdida en el azul inmenso

tenía la mirada;

luego, tras muchas desoladas tardes

junto a la orilla plácida,

poco a poco me descubrí de nuevo

lleno de paz y calma.​

 

Preciosa silva arromanzada, amigo mío, el mar inagotable fuente de inspiración ha sido hoy especialmente generoso contigo.
Saludos cordiales.

 

Estimado Maese Jmacgar:

¿Por qué no habrías de amarla entonces?
Excelente desarrollo de la forma poética que nació
con el último Rubén Darío, en "Cantos de Vida y Esperanza",
donde el metapense abandona la disposición estrófica para lllegar
a la silva arromanzada.
Felicitaciones por este estupendo trabajo,
el que amerita de mi parte estrellas.
Un abrazo te externo.

 

No suelo escribir poesía de tono autobiográfico, Víctor, pero en este caso, la inspiración del Mar/ la Mar me ha llevado por esos derroteros que si no lo son plenamente si que hay muchos girones míos en estos versos, especialmente en esos que has escogido.

Gracis por tu paso y por tan grato comentario, amigo.

Un abrazo.

 

Ay, amigo y maestro poeta!!
Me quedé prendada de tus maravillosos versos, a medida que los iba leyendo, iba observando mentalmente cada imagen que has creado y me sentí identificada, porque también amo el/la mar, de ahí mi seudónimo... Sinceramente lo he disfrutado al máximo tu maravilloso poema!!! Te dejo mis saludos y mi admiración!!!

 

Gracias de veras Alberto por tu visita y comentario. Este fórmula de silva arromanzada parece dar mucha facilidad para la expresión poética.

Un abrazo.

 

Creo que ya un poco antes de Rubén Darío, Maese Plumilla, ese maestro de poetas que tanta influencia ejerció en Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez y en el propio Rubén (entre otros), ese grande que se llamó Gustavo Adolfo Bécquer, ya había hecho alguna silva arromanzada, de hecho creo que se le considera su creador. Su famosa rima LIII ( "Volverán las oscuras golondrinas...) es una Silva arromanzada con la característica de que el heptasílabo siempre va después de tres endecasílabos.

Lo cierto es que es una forma poética que ha dado lugar a muy buenos poemas.

Gracias por tu generosa calificación de este trabajo, amigo.

Un abrazo.

 

Una preciosidad amigo! Ya lo he leído varias veces y no pude seleccionar ninguna en especifico , pues todas son estrofas maravillosas .
De veras te aplaudo esta inspiración excelente que tanto me ha gustado.
Aplauaos amigo y gran poeta. Un abrazo grande

 

Me has llegado al alma con tan generoso comentario, Mar. Te lo agradezco mucho, amiga.

Un abrazo fuerte.

 

Querida Luviam, me das una alegría enorme con tu visita y con tan favorable comentario. Gracias de veras.

Aprovecho para decirte que te animes y nos regales para este espacio poético un trozo de Mar de tu magnífica pluma.

Un abrazo fuerte.

 

Es exactamente eso que me dices lo que he querido expresar en esta silva arromanzada, Libélula; supongo que el vivir rodeados de mar por todas partes algo tiene que ver con nuestra manera de sentirlo, sí.

Gracias por tu comentario.

Un abrazo.

 

Tibio mar de tus goces juveniles
este mar de crueldad que nos separa
sin dejarnos volar cual golondrinas
burlando la distancia.

No conozco ese mar que tan sereno
te baña a ti en sus aguas puras, cálidas,
y sin embargo sé que el mismo mar
me hiela las entrañas.

La hermosura del mar en la tormenta
cuando en la racha las gaviotas bailan,
ese mar no conoce la piedad:
te guardas en su playa.

Este mar de la lengua que nos une
es también ese mar que nos aparta,
somos como delfines en peceras
mirándose a la cara.

Es curioso, Juan, como leyendo tus versos he sentido esa distancia. Nuestro mar, el mismo Atlántico, es en mi experiencia frío y tempestuoso, muy rara vez se ofrece plácido... Y el mar que más amo es ese, el mar encrespado en sus olas desordenadas y gigantescas, que te hace sentir como una hormiguita que el viento puede hacer volar por la playa... Al entrar a él, aun en verano, tirarse bajo la primera ola es un acto de coraje (las costas de mis recuerdos están bañadas por la corriente de las Malvinas, en invierno llegan a veces témpanos y pingüinos).
Imagino que, por supuesto, tendréis vuestras tempestades para gozar del espectáculo de esa fuerza inmensa, fruto del amor del mar con el viento...

abrazo
Jorge

 

Ligia, grato y mucho es para mi tu comentario y tu visita. En cuanto a que no tienes la facilidad para recrear bellas imágenes, te diré que tu hermosísimo gil polo que has presentado en este espacio poético te desmiente totalmente, porque hay que ver qué belleza de poema nos has dejado, amiga.

Un abrazo.

 

Precioso su poema amigo, yo vivo a cincuenta metros del Mediterráneo y puedo afirmar que todo el poema me resulta muy familiar. Un fuerte abrazo desde Tarragona.

 

Este Atlántico inmenso, amigo mío,​

este profundo mar con sus dos caras,​

una la plácida, la otra cruel,
​

el mar que nos separa,​

es sin duda también el que nos une​

aunque sea a través de la distancia;​

nada importan las millas de por medio:​

la técnica avanzada​

ha tendido de fibra un cable enorme,​

su vasta longitud, de playa a playa​

lleva la información, de orilla a orilla​

y une nuestras palabras,​

y basta que te mande yo un mensaje​

que en un momento tengo, aquí en mi casa,​

esa respuesta que atraviesa el mar​

de manera instantánea.​

No obstante es cierto amigo que ese abismo​

inmensamente azul, esa mar vasta,​

impide que sentados nos tomemos​

juntos un par de cañas.​

Delfines en peceras seguiremos​

en orillas distantes y lejanas​

acaso un día pueda, amigo mío,​

salvar esa distancia.​

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Gracias de veras , Jorge, por tan emotivo y poético comentario.

Abrazo.

 

Wow y mas wow...eres como yo!!El mar me provoca impensables emociones de desde la muerte hasta el amor...hermoso amigo....tu espíritu ha queda impreso en esa silva evocadora de los suspiros mas sinceros de mi alma...t abrazo y beso.Sin dejarte reputación porque no me dejo la maquina.Volvere.

 

El Mar tiene magia y fascina. Un placer leerte, un abrazo!

 

Gracias, Juan, por tu tensonaria silva. Como te decía por privado, la hamaca está tendida, la caña presta, y las ninfas practicando el «tú» y el «vosotros» para hacerte sentir como en casa, jajaja.

abrazo
Jorge

 

¡Qué suerte tienes, amigo! La canción de Serrat, ese precioso poema cantado que se titula Mediterráneo, te debe calar bien hondo.

Un abrazo agradeciendo tu generoso comentario.

 

Con comentarios tan expresivos como este, Essia, me quedo como flotando, y no es broma.

Gracias de veras, amiga; me alegra mucho que estemos en esta misma sintonía/sinfonía de Mar.

Podrías animarte y brindarnos un poema para este espacio poético. Sería un honor.


Un abrazo.

 

Juan! Preciosos versos, impregnados de una delicada melancolía, que percibo como algo muy característico en tu poesía. La delicadeza y la sensibilidad destacan en tu lenguaje poético, y este poema me parece un ejemplo de ello. Un abrazo, compañero.

 

Un abrazo con el mar que sana heridas del alma, me ha gustado mucho su silva, buen ritmo y buena inspiración que denota con melodía su amor por el mismo. Saludos

 

Así es amiga Marea Nueva, tiene esa magia y esa fascinación, sin duda.

Gracias y un abrazo.

 

Jajaja, ; he de decirte Jorge que tras tu privado comentándome eso ya hasta sueño con ellas, con la hamaca, con la caña (dos mejor que una) y con las ninfas.

Gracias amigo.

Un abrazo.

 

Gracias por tan grato comentario, amigo; Sí, creo que tienes razón, con frecuencia mis versos tienen mucho de melancólicos y tristes; lo curiosos es que normalmente yo no lo estoy cuando los escribo, son imposturas de escribano.

Un abrazo.

 

Lo cierto es que se me había pasado la lectura de tu comentario, amigo; disculpa el retraso y acepta mi agradecimiento por tu buena opinión.

Un abrazo.

 

Sí, querido amigo. Son muy buenas razones para amar ese inmenso espejo de la luna, que es la mar, como tú bien dices Un hermoso poema de un excelente autor.
Abrazos Juan Ramón y un fuerte aplauso para esta composición tan brillante que tanto me ha gustado.