Entre las sombras de la noche te busqué

Entre las sombras de la noche te busqué
entre las aguas de este mar de soledad
entre las hojas de mi otoño rebusqué
y en el vacío de mi propia vanidad
Un ansia infame se hizo dueña de mi afán
y te busqué con más empeño cada día
llegué a los reinos del perverso leviatán
le di mi alma a cambio de tu compañía
así te hallé sobre mi olimpo de arrogancia
pude gozar con tu presencia de la gloria
llené la alforja con soberbia y petulancia
y disfruté sin contención de mi victoria.
Allí sentado frente a ti pude entender
que sólo eras la disculpa de mi anhelo
en mi interior aún veo el abismo de mi ser
sigo perdido sin saber cuál es mi cielo
He comprendido que mi vida sólo es
una odisea sin destino ni trofeo
es un errar sin un final y sin después
así que debo resignarme al cruel paseo

 

Emociona, es un gran poema conmovedor.

 

gracias Jorge, es verdad creo que es bastante intenso y quizá un poco derrotista

 

Completo lo dicho antes, digo que es derrotista pero no está exento de sentimentalismo. Viene a decir que en muchas ocasiones lo que llamamos amor no es más que egoismo. Es un deseo incontenible de satisfacer las ansias propias y más que amar a otra persona se busca que le amen a uno. Una vez satisfecho el deseo se desvanece el ansia y se pierde la emoción sucumbiendo al vacío en el alma. De ahí que nunca se acaba el camino, nunca se llena el hueco que crea la propia vanidad. Nunca se saldrá de ese vacío hasta que no se aprenda a amar sin condiciones. Hasta que no se entregue uno sin esperar nada a cambio.

 

Profunda reflexión nos trae tu poema amigo... belleza en su forma... ha sido muy grato leerte...
Te abrazo con todo mi cariño...

 

Muchas gracias por tu opinión y por tu cariño. No dejes de acompañarme en la travesía de mis letras. Ese abrazo me reconforta.

 

Conmueven los versos hermosos y excepcionales.

 

agradecido por tus generosas palabras, un abrazo Jorge

 

hasta en la oscuridad vamos en busca del amor, pero una vez hallado, muchas veces no sabemos cuidarlo y terminamos destruyéndolo