Hamadríade descarriada

Qué te han visto protegiendo las manzanas de otros

en los jardines dorados de las afuera de la ciudad,

dicen que te subiste al árbol en el que habitan dudas

para destorgar las ramas antes de que se las quitase

la ruidosa, y repleta de sentimientos, tempestad.


Pero no lo conseguiste, ninfa hamadríade descarriada,

esta vez fue el tiempo quien te ganó la ardua batalla.


Te creías hija de Zeus, inmortal en el amor y la vida,

te creías impenetrable en las pasiones, diáfana,

sin nada que ocultarle al destino ni a los que te rodean

hiriéndolos más en sus delicados corazones ya heridos,

mas esos corazones llevaban tempestad en sus aljáfanas.


Y ahora me cuentan que vas llorando por los bares

que bebes para olvidar como una simple mortal,

que la medicina que tú dabas creyéndote diva

te fue devuelta a la más mínima oportunidad;

que sientes como todos, que te bajaron de tus altares.


Ahora que sé que estás sintiendo, ahora que eres mujer:

te doy mi enhorabuena, podrás saber lo maravilloso que es vivir.

 

esa frase última es para dar fuerte, un poema muy cargado aleccionador, saludos

 

Gracias por tus palabras.
¡Saludos y mucha poesía!