A ti, mujer de ojos decidores y voz de terciopelo:

Ven, acércate a las brasas de ésta hoguera encendida

que tu pasión ha dejado al rojo vivo

ven, desviste tu vergüenza y cúbrela con lienzos

adornados con caricias y besos despiertos.


Ven, asoma tu mirada perdida en la mía

descubre secretos inquietos y profundos

escondidos mundos en espacios dormidos

en rincones donde tu imagen duerme tranquila

y despierta al vaivén de mis manos profanas.


Ven, que si no vienes, iré a tu lado

y cual imberbe enamorado

cubriré tu existencia con caricias

mojaré tus secos sueños

y sucumbirás a mis besos atrevidos palpitantes.

 

encantadora invitación al amor, grato leerle

 

Hermosura magnífica, espléndida creación.

 

Muy bello escrito