Masticables.

longevidades plegables,
amantes del cuerpo prohibido;
regresa querida te deseo
como las nubes al mar.

Ya no recuerdo cuando fue el día
en que perdí lo que buscaba,
cuando caminaba por las sombras del sol,
en busca de las caricias que repetían mis pupilas.

Mis lagrimas invisibles
cortaban mi cuerpo y lo cremaban en la disentería,
mientras los austeros buscaban un lugar;
yo no quería saber donde estaba,

yo quería libertad y explosión;
quería morir en los regazos de la vida,
quería sentir el involuntario amor
y la evolución de mis emociones,

pero nada es verdad,
ni las emociones de nuestro corazón;
porque ni siquiera el corazón es sincero,
mientras buscamos pretextos para comprender esas mentiras.

Una vez mas estoy derramando lagrimas de sangre
por nosotros
humanos despectivos;
adictos a las mentiras y al deseo utópico autocomplaciente.

A.LILITH

 

Escribes bien una grata sorpresa saludos