Con amor infinito

CON AMOR INFINITO

Primero fueron los oídos sordos
a palabras que herían como piedras
salidas de la boca y de los labios
que ayer fabricaron requiebros y besos.

Luego, la piel vivero de rosas,
jardín viviente a la luz del día,
sembradas por unas manos que fueron caricias,
seda suave con que vestir el cuerpo.

Después vino la pérdida del habla,
enmudecida el alma que no entiende
si el amor infinito que se entrega
puede nunca ser devuelto en ira.

Más tarde, sobrevino la ceguera
del ojo hinchado de llantos y golpes,
y el labio partido huérfano de besos,
y la sonrisa rota de sangre y sal.

Al final, un corazón ya muerto
da muerte a otro que aún palpita,
que ama y teme, con amor infinito
y el infinito temor a un nuevo día.​

 

has abordado con mucha sutileza un tema escabroso poeta, llevándolo desde los posibles comienzos cuando la palabra no es respeto a la muerte, mi reconocimiento a tu poema,

un abrazo

 

En lucha por que tus versos acaben, no tus poemas.

Bravo!!!

 

¡Que triste, Halloran! No se puede luchar contra marea.

Dicen que la mancha de mora con otra verde se quita...no sé si eso vale para el amor, pero por probar que no quede.

Intenso poema cargadito de imágenes preciosas, como siempre.

Un besazo

 

Amor, temor. violencia y muerte.
Gracias por compartir tu buen poema con nosotros.
Recibe un beso:
Loida

 

Un año después, la silenciosa sangría sigue entre nosotros y uno, que a fuer de humano se niega a comprenderlo, mira.

SILENCIOSA SANGRÍA
¿Cuántas más, hasta esa certidumbre
de que algo se está haciendo torpemente?
¿Cuántas más a la muerte concluyente,
cuántas, hasta que solución se alumbre?

Dicen que hemos llegado ya a la cumbre,
que no puede ser esto permanente,
que ya no queda nadie indiferente,
que ya es demasiada pesadumbre...

Tenemos leyes, razones, juzgados...
Tenemos una sana rebeldía
contra esta ayer silenciosa sangría.

Estamos ya de lágrimas cansados,
aburridos de estar mañanas frías
lamentando tantos brazos cruzados.​

 

Leamos, aprendamos y luchemos...