Recuerdos desde el puesto de Lisboa

RECUERDO DESDE EL PUERTO DE LISBOA.


Corazones irritados vulneran

las sentinas del dolor

rotas ya las convenciones y las bolas de cristal

del acto primero.



Pasan por las riberas azulejeantes

donde los mirlos y los clavicordios

entonan sus pavoneos iridiscentes;

se precipita la tarde desde las torres y los alfiles.


Abrázame, amor, con tus dedos espirales,

llévame a los barcos que zarpan en el anochecer de tus ojos.

Es grato ver morir los sucedáneos de las rocas

afiladas ya sus aristas, dispuestas para embarcar.


Oh, el lacustre sabor de tus encías me empapa,

y el latir de las esculturas dormidas en el sotabanco

perfora la madrugada y sus contornos: hiere

como hieren los recuerdos oxidados.


Canta el tráfico asediado por los rumores de hojas

Las hojas caídas, latentes todavía, susurran

y se adhieren a mis ojos iluminando mi noche, oh Lisboa.

Canta el tráfico asediado por guitarras descordadas.


Circunferencias de arena viajan en nubes violáceas

esperando ser llamadas por los amantes que huyen

de los parques enmohecidos por albatros.

El puerto, oh el puerto, donde tus dedos me aguardan...

 

Sensaciones y recuerdos vertidos desde la mirada que aulla
en un dialogo de recuerdos quebradas que son acecho para
el olvido. enamorado en ocasiones tu obra es para erizar el
ventanal de las sensaciones. felicidades. luzyabsenta

 

Gracias, Javier. Tienes razón: Lisboa es una ciudad que genera muchos y muy buenos recuerdos. Tal vez por su capacidad de renacer imprevistamente en el alma de quien la ha visitado. Un cordial saludo,
miguel

 

Muchas gracias, Ana, por tu visita a mi rinconcito en este foro. Me has dejado un bello recuerdo, el mismo que alimentó mi evocación para plasmarla en el poema. Un cordial saludo,
miguel

 

Muchas gracias, Carlos, por esta nueva visita y esta inyección de espíritu surreal que me dejas. "Recuerdos quebrados que son acecho para el olvido". Hermosísima frase. Procuraré que en el archivo de mi memoria sigan rompiéndose recuerdos para con sus fragmentos cuajar nuevas irrealidades. ¿No es lo que hizo Proust? Un saludo, querido amigo.
miguel

 

Muchas gracias, Palmira. Veo con alegría que compartes muchas afinidades sentimentales con la ciudad de Lisboa. Una bella, aristocrática y noblemente decadente dama que sólo entrega sus encantos a quienes saben valorarlos en toda su íntima excelencia. Una ciudad que deja su inspiración si la miras con alma de artista. Muchas gracias por tu comentario.
miguel

 

Hola, Darkness. Gracias por tu visita, ya tan habitual que se me ha hecho necesaria. Hasta la próxima te envío un cordialísimo saludo,
miguel