Día XCVIII o una señal de auxilio en el bolsillo

Lo que mis ranas sueltan es un sonido de suspiro,
no es lo que lo vayan a oír o sentir, no,
solo yo alimento al joven corazón con hechizos y visiones futuras.
Desvaríos, rimas innecesarias, otros hombres y nombres
que luego serán lo que he sido.
Pocos testigos, muchas moscas he comido,
tengo un nido de sueños en el estomago
y acabo de recordar que la palabra nostalgia es uno de mis yo favoritos.

El estilo es rebotar como una pelota,
estiremos la lengua para ser vanos pescados.
Si alguno sabe mucho del amor es porque no tiene esperanzas en algo mayor,
alabar es fracasar, tener piedad es pedir perdón antes de cometer un nuevo error.

Que estuve en la boca de alguien, siento que fue cuando hería el tiempo con mi alegría,
voy a ocultarme en eso que llevo en los bolsillos,
vergüenza, que se yo,
eso que me confunde y me hace parecer un loco,
un claro y breve resentimiento,
un algo,
un sueño de estar despierto y perdiendo
y complaciendo al mundo...

 

Obra espléndida, tarea fantástica.
Belleza de inspiración prodigiosa.

 

Un desahogo que corta el cristal y relata la intensidad de ese caudal de sangre y sueños que dibujan con profundidad y certeza tus versos querido amigo... siempre grato encontrarme con ellos...
Te abrazo con todo mi cariño...

 

Magnífica maravilla excelente de preciosos versos soberbios.