Soneto naturo-divino

Me despierta el rocío matutino
y las flores abriendo al sol los pétalos.
Desnudo en el balcón imploro: "Métalos,
Señor, en la verdad de su camino,

que vean la señal de lo divino,
el rocío, estas lágrimas de pétalos".
Y su susurro me responde: "Rétalos
a separar las aguas de los vinos,

que griten en las tumbas de sus padres
que vidrios y cementos y dinero
es el fin honorable de la Tierra

y el dolor de los vientres de sus madres.
Luego, diles que vuelvan al inmenso carnero
que vive de la venta y de la guerra ".

 

El soneto tiene un aire místico que me agrada, pero que es opacado por la inverosimilitud del discurso en función de las rimas. Son difíciles las esdrújulas y creo que intentándolas has descuidado mucho un asunto primordial en los sonetos, y en cualquier poema: la naturalidad. Incluso, si vamos más allá del simple juego fonético de los cuartetos, te darás cuenta de que la forma verbal que empleas en el tercer verso es incorrecta, o cuando menos está afectada por el compromiso con las rimas; creo que lo correcto sería «mételos». En el primer terceto apenas capto la ironía divina... Es un trabajo sumamente inusual en tu repertorio; no te apresures en publicar, Vicente, revisa detenidamente lo que escribes: ya ves como el encabalgamiento entre los versos 13 y 14 te ha hecho caer en un "espejismo" métrico. Aquí estaré, abierto al diálogo...
Un abrazo infinito.

 

Hola, señor Elhi Delsue. Ante todo muchas gracias por su tiempo.

El "métalos" del tercer verso es porque habla de usted al Señor y el señor responde de tú (yo, cuando rezo, que lo hago, siempre le hablo de usted. Y la palabra carnero la utilizo con el significado de la RAE de: Lugar donde se echan los cadáveres, sepulcro de familia que solía haber en algunas iglesias, elevado como una vara del suelo.

De todas maneras, tiene razón, es un soneto "diferente", quizás debido a mis ganas de "andar caminos nuevos".

Le mando un abrazo cordial.

 

La calidad divina del arte precioso, trabajo magistral.