s.1.1.1.1

Me arranque la costra
y la carne seguía viva
seguía sanguinolenta
me dolía aun...
tome la botella de scotch
para darle un trago anestésico,
derrame un poco sobre la herida,
ardía; ardía como el demonio,
así que la cubrí y me hice el fuerte.
Camine con ese escozor hasta
mi habitación, sentía la necesidad
de masturbarme, de imaginarme
desvirgando a mi vecina adolescente,
tenia la mano lista, el pulso acelerado
y una erección muy dura,
cuando chillo el maldito timbre,
chillo como un niño retrasado;
ahogo mi fantasía en un charco
de chillidos, tuve que atender,
así que me guarde la verga,
me sacudí la excitación
y fui hasta la puerta de entrada;
iba predispuesto a correr
a cualquier vendedor,
a mostrar mi mal genio a la obesa
del alquiler o a reírme en
la cara de algún explorador...
cuando abrí; un par de tetas
enormes me esperaban, al menos
fue lo primero que vi,
acabamos de mudarnos decían,
baje un poco mas la mirada y
las piernas mas carnosas y femeninas
que había visto se restregaban
entre ellas con caricias casi sexuales,
quede paralizado, la herida
dejaba de dolerme, mi erección
volvía y que decir de la excitación,
no pude mirarle a la cara;
quien quiera que fuera,
no lo necesitaba de todas formas,
cerré la puerta súbitamente,
corrí hasta mi habitación,
me saque la verga y me masturbe
salvajemente; mientras imaginaba
esas piernas desnudas
abriéndose para mi.

 

Lo importante es ser feliz, o intentarlo, o imaginarlo con una pobre mano.
Saludos y buen día.

 

Bellas letras, asombrosa inspiración de notable escrito.

 

Crudo y sin anestesia

 

La maravilla del arte sublime y supremo.
Hermosura divina y magistral.