En el cuarto de un lejano pasillo.

En el cuarto recóndito, que sugiere sin luz un pasillo. A la puerta quinta, hacia la derecha del eslabón, me encuentro. Y solo te digo esto, porque creo que estaré con las demás, o mejor dicho, como las demás. Maquiavelo se reía de mi perezosa razón para no ir a caminar hacia la habitación, con sendas ataduras metálicas, como si fuera presa de culpas que nunca cometí en la vida.




Así que sé que es otra etapa de la locura, que ha invadido mi entrada por la puerta, el cual, ha cerrado por fuera mi innegable captor de mariposas. A él, todos mis odios más profundos. Para ti, las últimas de mis señas manuales para que me busques muy al final del sendero en un triste pasillo en donde algunas, han perdido el amor a vivir por estar en plena oscuridad.




A diferencia de ellas, yo misma soy claridad, y habito en la oscuridad rodeada de serpientes metálicas que no se mueven si no me muevo. Pasan días así en este lugar, pasan años para la mente, pasan milenios para el cuerpo, pasan irrealidades cuando se sueña en el terrible acto de imaginar el cómo será.




Por eso, si ya sabes cuál es mi ubicación en este mundo de cadenas y oscuridades, búscame pronto en el amor y por amor. Si no me encuentras más, es porque me llevan a otro lugar de esperanzas muertas, donde solamente los que escriben ya no escriben y los que sueñan, ya no sueñan.




Espero que no sea demasiado tarde para cambiar el destino de nuestra claridad, sobre todo, porque justo después que se apague el mundo, perece la luz, avanza la oscuridad. Deja de existir la niña.

 

Muy bella tu escritua claridad la recomiendo ampliamente

 

Admirables letras maravillosas de una página divina.

 

gracias mi seño.
No es tan fácil estar aquí..........gracias por buscarme.........Claridad

 

gracias mi señor jorge...........gracias por todo mi señor.........Claridad

 

Hermosura de admirable obra de palabras divinas.