Cuando ya no estés

Habré de recordarte

–en falda de colegio y sonrisa con hoyuelo –,

Vendiendo frutas verdes, amarillas y rojas

Sobre la carretera,

Y dibujando príncipes azules

En la última hoja del cuaderno

Mientras hacías tareas.


Recordaré en el viento, rebaños de borreguitos

Revueltos en tu pelo perfumado,

Y en su rumor, un señor viejo

Que te decía al oído

Historias de otras partes.


Recordaré en tus ojos

Los pequeños candiles

En que ardía tu ilusión.


Recordaré que el cielo sobre ti,

Era un rio profundo lleno tu esplendor,


Y el rio de tu risa, guardará en mi memoria

La música de fondo de los días dorados,

En que ibas tan ufana

Como las frutas frescas que vendías en las tardes,

Allá junto a tu casa.

 

Un bagaje de nostalgia, semioculto dentro del alma
¡¡¡HERMOSO!!!

 

Cuando tú no estés, echaremos de menos tu poesía.