Nada que sea dorado permanece - glosando a Robert Frost

Todo verde, al nacer, siempre es dorado,
arduo matiz que nunca ha perdurado.
Es una flor la hoja más reciente,
pero dura una hora, solamente.
Después la hoja se resigna en hoja,
se hunde el paraíso en la congoja,
huye el amanecer, el día crece,
nada que sea dorado permanece.
Robert Frost​

La nube hace una mágica figura
y al instante se va, ¡qué poco dura!,
se alza la ola enorme, vigorosa,
y en la roca se rompe presurosa,
en el campo también, cuando sembrado,
todo verde al nacer siempre es dorado.

Mece la suave brisa altivas mieses,
breve baile que he visto pocas veces;
declina el día en tarde de arrebol
y en la hora espectacular del Sol
hay en el cielo un tono colorado
arduo matiz que nunca ha perdurado.​

En las noches en que la Luna brilla
hay un encanto que me maravilla,
y en la alta madrugada me complace
ver que se va la noche y se deshace
la oscuridad que el alba desvanece,
huye el amanecer, el día crece…

Todo es tan veloz en esta vida
como raudo corcel que va sin brida,
la flor más bella pronto estará ajada,
lo más hermoso apenas dura nada;
un pensamiento triste me estremece
nada que sea dorado permanece.

-------------------
​

 

Tu maestría una vez más puesta de manifiesto, compañero, en esta magnífica glosa en la que además respetas la estructura que el poeta (Frost) imprimió a sus versos. Recibe mi aplauso y un saludo entusiasta desde Caracas.

 

Le decía antes a Jorge-Musador en una respuesta a su comentario a mi poema "Las musas tras el plasma" , que ese cachivache nefasto que es el televisor ha sido fuente de innumerables inspiraciones poéticas para mi y este es uno de esos casos. ¿Sabes cómo me llegó el soplo de la musa?, pues sí, me llegó desde el plasma de nuevo : estaba viendo hace pocos días un film que ya había visto hace muchos años y del que guardaba un buen recuerdo, se trata de "Rebeldes" (The outsiders) una pequeña joya que nos regaló Francis Ford Coppola hace la friolera de 32 años (es de 1983), una película que merece ser vista de nuevo y varias veces si fuese preciso porque no ha envejecido nada y tiene una gran carga literaria y poética tanto en sus diálogos como en sus imágenes. En una de sus escenas, con un maravilloso atardecer de fondo, un joven actor le recita a otro estos hermosos versos de Robert Frost; eso fue suficiente para que me pusiera a hacer esta glosa de inmediato. Sí, creo que yo tengo musas tras el plasma.

Un montón de gracias por tu comentario, César.

Abrazo.

 

Pues bendito televisor que te inspira tan bellos poemas como este. Eres un gran poeta. Te felicito. Me ha encantado leerte. Saludos y Bendiciones.

 

Y bendita seas tu, querida Lourdes, por estar siempre tan atenta a todo lo que edito.

Un abrazo.

 

Es un placer para mi que me dejes un comentario tan amable, Ariel.

Te quedo muy agradecido, amigo.

Un abrazo.

 

Cierto, amigo Juan, que todo en este mundo es pasajero. Nuestras vidas son como olas de un grandioso océano que por tener distinta identidad formal se creen separadas. Lo verdadero es el inmenso mar del que nos cremos separados.
Y tambien certeros son tus versos con respeto a este lapsus de tiempo que consideramos como único en suestra eternidad.
Tenemos que ampliar nuestra consciencia y descubrir con esta lo grandioso del ser humano cono ser transcendente y su pequeñez como realidad física.
Un gran placer para este martes tu poesía.
Castro.

 

Brillante glosa de los sabios versos de Frost, estimado JMacgar,
si bien el dorado es efímero, está en nuestras manos mantenerlo brillante,
o al menos retrasar su opacidad con la labor de cada día,
no todo serán amaneceres, pero ese día crece gracias a nuestra dedicación;
un abrazo,
Eduardo

 

Siempre me han llamado la atención esas frases tan contradictorias como "un instante que se hizo eterno" o "el mundo puede estar comprendido en un grano de arena", con las que de alguna forma me identifico; algo de eso hay en tu comentario, amigo. Algo de eso hay también en los versos de Frost.

Gracias por pasar con tan hermoso comentario.

Un cordialísimo saludo.

 

Lamento haber pasado por alto en su momento tu amable comentario, Eduardo. No obstante nunca es tarde si es buena la dicha y dichoso soy al agradecerte el paso por este poema y tu comentario tan reflexivo.

Un afectuoso saludo.