Duele decir adiós.

Cuando se va un amor...

brota un amargo llanto,
los recuerdos ensordecen,
los labios enmudecen;
el silencio prevalece,
el cielo se vuelve sombrío,
todo duele, causa hastío.

Duele tanto un adiós...

los latidos no responden,
la sonrisa se esconde;
la mirada se entristece,
se detiene la razón,
los sueños se desvanecen.

-Si tú no estás-

agonizan mis sonrisas,
la soledad me acompaña;
la muerte me sabe a nada,
mis esperanzas terminan.

Las lágrimas se deslizan,
el corazón late sin prisa,
no siento calor ni frío;
todo el brillo desapareció.

El alma se siente cansada,
morir es mejor que estar varada,
todo esto te daña, te atrapa;
te agobia tanto una vida así.

Todo ya causa hastío,
se va el sabor de tu boca
todo te sabe a derrota,
duele tanto el corazón.

Tendrás miedo escribir poesía
por hacerlo sólo a la melancolía,
la tristeza se apoderara de ti
duele mucho, pero será así.

Duele tanto la despedida
decirle adiós al amor,
pero lo que más lastima
es pensar qué quizá...
quizá, nunca existió.​

 

Precioso poema de despedida, soledad y melancolía. Te felicito Cristal. Un abrazo. Paco

 

Excelencia magnífica de arte superior.
Soberbia publicación sublime.

 

gracias por su visita y comentario°!

 

No se si no existió el amor o la persona amada, pero realmente, palabras que llegan hondo, donde solo llega la poesia