Amores condenados

Estamos tú y yo condenados,
A amarnos y a dejarnos.
La vida es cruel, no nos ha dado
El tiempo y el lugar adecuados.

Amarse bien es trabajoso
Pero el hombre es bien perezoso.
Cada lazo se vuelve un pantano:
Tibio, conocido y medio muerto.

Un Sentimiento vivo de ese lugar,
Al no querer aceptar su hogar,
Sale en busca de más felicidad
Cruzando miradas con una Estrella fugaz.

La atrapa, se pega a su fuerza,
Y van volando encima de la huerta.
Pero, en el pantano se cierra la puerta
Y la luz de la Estrella acaba muerta.

Oh cobarde Sentimiento, la mataste,
Con no seguirla, la envenenaste.
Pero la luz no muere para siempre,
Vuelve a brillar, del barro se emerge.

Por haber sufrido, se vuelve más fuerte,
Ilumina al mundo siendo brillante.
Pero, su alma llena de heridas,
No se fiará más de las voces vivas.

Y el Sentimiento, cansado de cadenas,
Se ha liberado, dejado sus penas,
Se encamina buscando a su Estrella
Lo hace todo para recuperarla.

Pero la Estrella no vuelve nunca más,
Se ha ido ya la oportunidad.
Busca tú también tu propia vida,
Otra ya te curará la herida.

Estábamos tú y yo condenados,
La vida pasó y nos dejó de lado.
Vete y llega a tu felicidad,
Yo me ahogaré en mi inmensa soledad.

 

Los amores aniquilados producen las mejores poesías luego de las idílicas .... es ese al circulo vicioso del amor... un gran placer leer tu formidable obra ...

 

Muchas gracias. Para mí, la poesía y la tristeza van cogidas de la mano...

 

Hermoso poema me gusta, es inspirador.