Eclipse y adiós.

Eclipse y adiós.

Angel Sánchez Escobar.


Hoy, en esta luna de eclipse,

Contemplo los astros, solo

Fumando en una banca, triste,

Nicotina invade los alveolos.

Respirando la fría bruma y el humo,

Me percato finalmente, me consumo.

De tus labios y tus besos,

De tus ojos y tú pecho,

De momentos de embeleso

Y que sembré lo que cosecho.

Inhalo hondo y me quiebro.

Eh perdido… y espero.

Mientras late mi pecho, espero.

Mientras muere lo nuestro, espero.

Mientras duermes tranquila, espero.

Se me escurre la vida… No quiero.

Me dueles… Pero me tienes que doler.

Te extraño… Pero te tengo que extrañar.

Te busco… De mí, no quieres ya saber.

Te amo… Tengo que dejar de amar.

Me arrepiento de todo lo que no hice.

Te reitero, insensato, me perdones.

Sin fe en que tu ida se amenice,

Voy al potro, ya afilados los punzones.

Cabizbajo… Pues no hay más.

Agradezco tu estancia en mi vida.

Que fue eterno y fugaz,

El cariño, que en olvido hoy se oxida.

No me queda más…

No tengo fuerzas para luchar.

No tengo versos para escribir.

No pude las advertencias vislumbrar.

No me queda más, que dejarte ir.

Me duele… Y me seguirá doliendo.

Hachare de menos esas noches

Que nos volvimos uno, hasta ya amaneciendo,

Que entre venus y marte hubo derroche.

Me faltara el aliento,

Cuando recuerde aquellas tardes, en tu sala

Abrazados, juntos, en tierno aspaviento.

Ver películas solo, será mi tormento.

Quizá llorare…

Cuando la mañana me traiga tu nombre.

Cuando te envíe un mensaje y no te asombre.

Cuando para ti sea, tan solo un hombre.

Cuando la rutina en ti, olvido forme.

Sé que tiene que doler.

Pero así las cosas deben ser.

Tú, ya pasaste sola por esto.

Hoy, a mí me toca el destino funesto.

Sin embargo, te quiero pedir un favor,

Un último favor.

Sé que pasas sumergida en el trabajo,

Para mitigar el dolor,

Sé que si sales por las noches,

Es para recuperar el sabor.

Pero te pido que no le niegues la puerta al amor.

Me dolerá cuando te vea con otro;

Ese en que prospere, lo que eh labrado yo.

Pero seré también feliz, sin hacer alboroto,

De verte plena, viva, hermosa...

Como te recuerdo yo.

¡No niegues el mundo tu amor!

Ese amor tan puro, que antes me bendijo.

No enjaules tu sonrisa, ni cautives de tus labios el licor.

No niegues tus besos a alguien…

Alguien mejor que yo.

Por mi parte, tengo que asumir mi duelo,

A veces me veras flotando, otras estaré en el suelo.

Pero el tiempo…

Ese mismo que termino lo nuestro,

El me acariciara en el viento,

Me perderá a momentos

Y eventualmente, se llevara el tormento.


Adiós Priscilla…

Adiós mí amor.

 

Triste y generoso sentir. Un placer la lectura. Saludos