Algo como no estar en paz y tranquilo

Pasan los días. Rápidos.
No se si quiero su luz lenta, vivir impreso para otros destellos,
no se si quiero quedarme, no se si quiero marcharme de mi.

Últimamente cada vez que me siento a ver la vida
dejo la puerta cerrada, los almanaques abiertos,
dejo que la carne sea tierna memoria,
dejo que el exilio de eso que guardo dentro sea una mala poesía,
un poco de alcohol, un algo de yo ensimismado en un cuerpo verso que no podré escribir.

El apogeo va a ser cobrar sonrisas, en algún viento,
en algún pueblo que todavía desconozco.
El libre suspiro vendrá mas tarde que temprano, pero vendrá.

Yo tengo unas alas hermosas reservadas para un futuro sin pies, ni manos, ni sed,
tengo en el pecho una alquimia distinta, una deidad de la cual nadie ha sabido hablar.
Pero a veces no escarmiento y no entiendo nada,
y entonces me quiero y espero que alguien me quiera.

Pasan las horas, pesan los minutos,
el cuerpo hoy es un préstamo literario, un dragón rojo a punto de renacer,
el cuerpo hoy es un vacío que se deja de lado, como el corazón,
como el eclipse de luna sol que es mirar y ser mirado en paz.

 

Buena pluma. Un placer la lectura. Saludos

 

Un bello y muy sensible desahogo querido amigo...
Un gusto volver a leerte...te abrazo con todo mi cariño...

 

Inspiradas letras de una poesía maravillosa.