Insterticio I

¿En qué profundo abismo habitas perdón?
¿En el seno izquierdo? ¿En el alma que nunca se guarda del agua que llora y llora?
¿Estará lejos de la noche? ¿Tatuado en mi frente?
¿Existirás acaso?

Ser frío es cruel. Y es hermoso el dolor consciente.
Separar lo cotidiano del inexorable cristal que suele ser el amor,
es cárcel y libertad.
El vaho sentimental a veces funciona. A veces.

Zurcir heridas con heridas nos limita.
Quiero encontrarte perdón,
unir lindes horizontes en una mano amiga.
Quiero que el cuello se vea en mi camisa y distanciar al fin el ego
del narciso silencio que oculta mis miedos.
Como un secreto a dos voces. Antes debo perdonarme.

Cuando fui joven de mente siempre te tuve a mi lado perdón.
Lamento hoy haber jugado tanto juegos de azar.
Hay días que mi propio nombre es una muralla
y no puedo esquivarme, no puedo ni discernir luz de oscuridad.

Los pájaros y mis extremidades ya no son eternos pasajeros de mi destino,
pero la brisa del cielo duerme siempre en mi boca.
Yo pequeño, yo anzuelo reposo los ojos todo el tiempo en el tiempo,
para encontrar la maldita respuesta que es el vacío negro del espejo cada vez que pido perdón.

 

La verdad es que no siempre resulta fácil perdonar, perdonarnos,
pero debemos aligerar la carga de todo aquello que sobra
para seguir caminando...
Saludos compañero