Piedra roja

Palpita, piedra roja, palpita,
despierta la memoria;
no afiles tus aristas, no dejes a tu paso un rastro
de esqueletos azules, una impronta
de sueños arrugados de infancia;
quema las mieses agostadas,
purifica la sangre enmudecida;
enciende en mis pupilas su nombre;
déjale entrar
a la acordada hora del relámpago,
que baile con la aurora
y desdente con su voz amarilla
estas uñas de sombra.

Ven,
baila conmigo
la danza del olvido
hasta que los cuervos tatúen palomas
sobre el alba;
es temprano,
no dejes todavía
que me mire a los ojos la mujer
a quien no reconozco;
y tú, hermana,
déjame vivir mis muertes blancas;
eres humo, soy humo,
bien lo sé,
pero
llevo atado a mi cintura
un mapa de latidos;
arrastro conmigo la luz deshabitada,
puedo rehacer la antigua estructura
de los besos,
despertar los secretos augurios,
avivar el perfume
del temblor,
perpetuarme en sus ojos,
porque ellos me hicieron lo que soy,
porque en mí permanece.

 

Estremecedor y subyugante poema que me atrapa.
Qué clase tienes con la pluma amiga Marla.

 

Piedra roja un corazón que siente… y que palpita.
Precioso poema, Marla.

 

Letras emocionantes de maravillosa creación, alta calidad divina.

 

Merecidísimo reconocimiento. Enhorabuena, querida amiga. Un beso.

 

Precioso poema. Estos versos finales, pero no menos todos los que componen el poema, son ...impresionantes.

Merecido reconocimiento, por supuesto.

Un saludo cordial

 

Otra joya Marla, qué sucesión de imágenes para volar. No había visto el reconocimiento pero se lo merece de principio a fin. Felicidades!!

Abrazos,

Palmira

 

Hermoso poema Marla, enhorabuena.

 

Maravilloso.
Un trenzado de bellas metáforas y desarrollo argumental coherente.
Se puede hasta ver.
A sus pies poetisa.
Saludos