En la Capilla

Mirada cerrada
sumergida en la capilla peligrosa una indefinida temporada;
hermética al temor o la alegría sin furor y sin desidia,
como sin vida… espejo roto circundando a la deriva.


La otrora encandilante llamarada ahora parece casi extinta,
saber que la apertura hacia el amor también posibilita despedida hacia la vida.
Entregarse plenamente como una apuesta a todo o nada,
y esperar luego un retorno formidable o una estocada en el alma.
Expandir la dicha infinita,
o tragar una amargura inefable.
Cerrar los ojos para siempre o remar contra corriente en un océano nada fiable,
acabar con todo en un instante o esperar la maravilla improbable.


No habrá paz
un silencio simulado.
Sonrisa elaborada en la faz,
histrionismo mascarado.
Momento pleno arrebatado,
y un denso vacío bien atado.


Ignorando las voces del diablo;
no entregado a los cantos de un pasado postergado
y caminando.
En la capilla peligrosa te regeneras o te estás degenerando,
solo en ti está la respuesta,
¿Es verde llano o negro franco?


No hay garantía de nada,
tu valentía puede no ser recompensada
Porque la apuesta continúa,
la bondad puede ser malvada
y la injusticia una bondad mal encausada.


Tu eres lo que queda,
junto al sol y los mares turquesa,
o una mazmorra negra y densa.

 

Bello, divinidad de letras excelentes.

 

un poema de amargura y crítica objetiva tanto como a la vida y sociedad...