La culpa no es del verdugo

La crueldad del verdugo

al tambor enmudeció

lo mismo que hizo ese pueblo

que hace tiempo lo juzgó


Ante tamaña ordalía

el reo compareció

culpable según los hombres

e inocente ante su Dios


Entre una turba de gente

Y un redoble de tambor

El reo subió al cadalso

Despojado de su honor


Ante una orden tajante

Tan severa y sin pudor

Y de forma fulminante

la ejecución se cumplió


Un silencio prolongado

Roto por un juramento

A cargo de un retractado

que con coraje grito:


Verdugo lo somos todos

por dejar hacer al otro

lo que nosotros no hicimos

por no mostrar nuestro rostro


Pues no es cómplice menor

el que en silencio se muestra

arropado en el gentío

sin salir a la palestra


Un pueblo así de sumiso

domado y aborregado

merecía caminar

toda un vida marcado


Lastrado por su vergüenza

y uncido por un gran yugo

ya que pudiéndolo hacer

no evitó lo del verdugo

 

Buen poema, estimado poeta.
Un placer haberte conocido.
Espero leer tus simpáticos poemas.

Saludo cordial

Alfonso Espoinosa

 

no siempre debe haber un culpable,. grato leerle

 

Gracias por tus elogios sobre todo al ser nuevo en esta sección que seguro me animara a intervenir mas en el futuro

 

Por supuesto y sobre todo cuando eres inocente y el pueblo te condena,pero sea como sea el verdugo siempre se lleva la mala fama y a veces hay que ensalzar a la minoría.