¡Hemos terminado!

¿No soy el hombre que querías?
¿Por qué de mi te enamoraste?
¿Por qué tus labios ofrecías,
y con entrega me adoraste?


¿Qué fue de los versos floridos
que a tus oídos recitaba?,
mientras en mis brazos mullidos
tu bella testa descansaba.


Para qué quiero ahora besos,
tus abrazos o tus miradas,
si ya no tendré tus embelesos,
ni nuestras noches aromadas.
​

Un océano de ilusiones
asolaste con tus argucias,
imitando a oscuros histriones,
para herirme con tus astucias.
​

No quiero más amor fingido,
de tus quimeras me he cansado,
de tus engaños me he aburrido
por eso, ¡hemos terminado!​

 

para qué forzar las cosas si no funciona cortarla y no seguir haciéndose daño ambos.. muy bueno y son palabras del alma..

 

Gracias por tu comentario Antorcha, concuerdo contigo en que las relaciones tormentosas no tienen porque soportarse, éste es solo un poema que trata de apegarse a la realidad cotidiana que viven muchos seres humanos y que refleja la necesidad de cualquiera de los dos, de recuperar su dignidad, por sobre cualquier manipulación de nuestros sentimientos que nos haya llevado a cerrar los ojos ante falaz hipocresía.

 

Lo que no funciona. No funciona! Y con engaños mucho menos, amigo mío. Hay mucho más en el porvenir que ser la sandalia de alguien. Muy lindo. Un abracito con ternura.

 

Gracia mil por tus palabras estimada Rosa, y tienes razón, aunque el amor todo lo soporta y todo lo perdona, también, todo tiene su límite.

Un afectuoso abrazo.