¡Albricias! llega el invierno con creciente Luna - décimas

Horas de crepúsculo en el Teide nevado

¡Albrícias!
llega el invierno con creciente Luna

Esta noche de febrero
en las cumbres ha nevado
¡bendito invierno, ha llegado
con nieve y con aguacero!
Hoy quiero ser el primero
que cante la buena nueva,
pues sin agua, dura prueba,
la tierra se nos moría;
¡ya se acabó la sequía!
¡qué llueva, qué llueva y llueva.

Con tiempo de lluvia y frío
Selene asoma esta noche,
y hará de su luz derroche
en este lugar sombrío.
El barranco se ha hecho río
y el agua es marrón y plata,
salta y forma catarata
cuando encuentra desnivel,
corre y corre sin cuartel
mientras el cauce colmata.

En el cielo se abre un claro
por donde asoma la Luna
que esta noche no es lobuna,
tiene media luz su faro.
Su brillo de hoy es avaro
porque está en cuarto creciente;
cada noche, lentamente,
se irá haciendo más hermosa
hasta hacerse esplendorosa
cuando llena se presente,

y yo mientras, sigiloso,
como un espía, de pie,
de noche la acecharé
viendo su crecer donoso.
¡Por fin un día lluvioso!
-digo a la nocturna dama-
¡mira como se derrama
el agua sobre la tierra
bajando desde la sierra
con olores de retama!

La luna, que hoy es oval,
sabe de mi ansia, que es mucha,
y hasta parece que escucha
mi susurro coloquial:
¡Mira Luna qué caudal
corre como catarata,
agua teñida de plata
por tu cenital fulgor!
¡Diluvio benefactor
que tu creciente desata!

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Anoche llegó por fin el invierno a estas islas; casi lo dábamos ya por perdido; ha llegado con creciente de Luna y ha venido pletórico, con abundantes lluvias y nieves en las cumbres. El Teide luce realmente espectacular.

 

palabras,versos llenos de poesía pura,marga

 

Pues
que llueva, que llueva,
la Virgen de la Cueva...
¿Qué te voy a decir? sino que le quité la camiseta a la quinceañera y me la puse yo.
Aunque más me hubiese valido quitarle también el aparato de los dientes... que en mis tiempos esas cosas no se ponían.
Pero qué digo, si tengo la suerte de que solo me veis los pies con los zapatos de charol, y los ojos en la página del perfil... ¿para qué presumir de defectos? Nada, nada, borro lo escrito, que yo soy súperperfecta, divina de la muerte, etcétera.
Volviendo a ti, que el comentario es para tus versos no para mis fantastiquerías. Que me ha encantado de principio a fin la he entendido toda, sin tener que irme a buscar biografías de nadie y me ha dejado encantadísima.

Felicitado quedas.

 

En esta noche Caracas
luce inmersa en el calor,
ya no se oye el estridor
del canto de Guacharacas,
quizá si las alharacas
de algún perico australiano
viendo al Guaraira Repano
desde un cómodo balcón
sin comprender la razón
de tan caliente verano.

Bellas y apasionadas décimas Juan, un agradecimiento del hombre a Dios y a la naturaleza, al fin el invierno, con su baño de bendecidas aguas.
Acá en esta parte del mundo, en esta ciudad de antaños techos rojos hoy especie de selva de concreto y depredadores, este calor se hace casi infernal, así es la vida y así es el mundo, un poco para cada quien, un poco.
Ya vendrá nuestro invierno caraqueño, ya el verde cubrirá nuestras ilusiones.
Saludos y recibe amigo un fuerte abrazo
Te deseo un excelente fin de semana
MANUEL

 

¡Cómo me gusta, Manuel, que me comenten con poesías! ¡y cómo me ha gustado esa descripción del verano de tu tierra que has hecho en esa décima con la que inicias el comentario a las mías. Este mundo, amigo, es así de diverso y en eso estriba su grandeza.

El hecho de que hayas improvisado esta décima motivado por las mías me congratula mucho y me demuestra tu capacidad poética.

Agradezco mucho tu intervención y te deseo igualmente un buen y feliz fin de semana que por aquí estará cubierto de blanco en las cumbres.

Un abrazo.

 

Extraordinarias las décimas que nos compartes, amigo con todo el colorido de la natura. Ha sido un placer...Un abrazo

 

Hay que ver, Luis, cómo pueden ser de diferentes los puntos de vista sobre una misma cosa; fíjate que esas décimas las hice con el afán de explicar con descripciones abundantes la llegada del invierno a estas islas resequidas, convocado por esta creciente Luna de Febrero. Es realmente curioso que tu hayas visto lo contrario de lo que pretendió mi intención. O acaso es que interpreto mal tu comentario y lo que pasa es que lleva ironía con sigo y lo que me quieres decir es que en el caso de este poema no me ha quedado bonito precisamente por eso, porque no le he puesto brida a a las descripciones y no contuve mi afán de explicar...

Sea lo que sea, y en cualquier caso, agradezco mucho el comentario.

Un cordial saludo.

 

Pues mira que en mi pueblo, Redondela, linítrofe con Vigo, tanto ha llovido que los ediles han pedido zona catastrófica, por su mal encauzado río.
Supongo que en las islas afortunadas la lluvia es una maravilla como en Sevilla.
Las cinco décimas tienen una unión de contenido sin igual aval de tu maestría.
Un abrazo y que llueva a gusto de todos.
Castro.

 

Marga, no sabes cuanto agradezco tu presencvia y comentarios en mis versos.
Gracias de veras.
Un cordial saludo.

 

¡Uf, no sabes que alivio me ha dado llegar al final de tu comentario donde por fin hablas "de mi libro", que cuando te pones a "fantastiquear" se te va el santo al cielo; pero conste que me encanta tu santo en el cielo porque "me jaze mucho de reí".
Espero que la camiseta te quede bien que tal como me dijiste que era de una chavalita de apenas catorce años igual te queda algo ceñidita, y no digamos después del primer lavado...

Un montón de gracias.

 

Te advierto que hay chavalotas de 14 años (de las que van al mac donals) que hacen más bulto que tres eratalias juntas.
Me alegro de jacerte de reí.
Abrazos de la fan Nambarguán.

 

Pero que hermosura de décimas a la naturaleza Juan. Realmente me encantó. Mientras desde aquí te envío un caluroso y bien caluroso abrazo amigo poeta.

 

El placer es mío, Marah, por tu atenta lectura.

Gracias de verdad.

 

Pues sí, Castro, la lluvia por acá es una maravilla como en Sevilla. Si tarda algo más en llover ya veía yo a la iglesia sacando a los santos en rogativas por que las reservas de agua (en estas islas en las que no tenemos ríos) estaban en las últimas. Ya ves que mal reparte el cielo las aguas, que en tu pueblo por lo visto hubo demasiada.

Gracias muy de veras por tu comentario, amigo.

Un saludo.

 

Me siento muy honrado con tu comentario, Julio. Te mando igualmente un caluroso abrazo desde este invierno canario.