volver a empezar de nuevo

1. Vuelvo a empezar de nuevo.

Son las cinco y media de la mañana. El despertador suena, lo apago con movimientos lentos apurando cada segundo en mi cama, me siento en el borde de la cama y respiro profundamente pensando en el nuevo día, entró en el baño, me miro al espejo, pidiendo un consejo como en los antiguo cuentos, esperándome ver joven y bella, y solo veo una mujer con cuarenta y ocho años sin maquillaje y despeinada, con ojeras profundas, del cansancio acumulado y el estrés en el que vivo, cojo fuerzas y a la ducha, esperando revitalizar-me con el agua, me enjabono y con una esponja, me froto con fuerza como queriéndome quitar esta "piel, que llevo! no lo consigo, solo enrojezco mi piel de tanto frotarla, salgo secándome y vistiéndome rápido, salgo de mi habitación, dirigiéndome a las habitaciones de mis dos hijos, llamándolos. ¡Carmen, Juan!. A levantarse y a la ducha, si Mama contestan, me dirijo a la cocina para hacerles el desayuno, mientras se duchan.

Mi hija Carmen tiene quince años, con los problemas y necesidades de su edad, Juan diecisiete revoltoso como cualquier chico de su edad, llegan a la cocina diciendo, buenos días Mama, buenos días hijos, haber a desayunar, rápido y para el instituto, si Madre, Juan me dice. ¡Mama déjanos para la merienda!, yo les contesto haber cuando lleváis un bocadillo y un zumo. No Madre eso era cuando éramos pequeños, ya no, bueno contestó resignada cojan del bolso cinco euros para los dos, vale Madre, contesta Juan.
Un beso Madre, que tengas un buen día, lo mismo hijos, dándome un beso en cada mejilla salieron por la puerta escalera abajo, recojo unos folios para rellenar, ofertas de trabajo haber si hoy tengo suerte. Miro la primera oferta de trabajo, camarera de mesa, la relleno y la pongo en el folio, vendedora puerta a puerta, igual pienso, bueno lo que salga limpieza de oficinas y otros tanto más, que relleno, termino de arreglarme para salir temprano, a ver cómo me va hoy, miro encima de la mesa, tres cartas que no me había fijado, que estuvieran, pensé seguramente alguno de mis hijos, la puso allí para que yo la viera, miro y digo joder, son facturas de gas agua y eléctrica, entre las tres suman más de doscientos veinte euros, que en mi cuenta del banco no tengo.

Me pone nerviosa, en la nevera ya casi no tengo nada, los gasto del colegio y los demás gastos generales de una casa me tienen estresada, mi ex marido, nos abandonó, viajando a nuestro país, pienso en que vendimos todo lo que teníamos para poder vivir en paz, sin temores que entraran a tu casa con violencia pidiendo a nuestro hijo como cuota para las fuerzas que se oponen al gobierno.

Por eso y otras cosas más decidimos viajar a este país, pero el desempleo primero de él y después el mío transformó, mal al padre de mis hijos, primero fue tristeza, después vino el alcohol, que lo destrozó sumergiéndose en un remolino de desesperanza y violencia en la casa. Por último un día desapareció, sin decir nada, dejándonos solos en este país no tuvo el valor, para afrontar las dificultades, juntos.


Miro mi cartera apenas tengo cuarenta y siete euros, la cierro voy a la cocina donde la noche anterior deje remojando unos garbanzos, los escurro los lavo y en una olla exprés meto los garbanzos junto a otros ingredientes y un poco de tocino, poniendo ya a hervir este cocido, que le dejare echo a mis hijos, cuando regresen del instituto, me termino de arreglar, bajó a la tienda, saludando al dependiente buenos días Pedro. Buenos días Carmen. Me contesta, mira dame tres barras de pan, las introduce en una bolsa blanca de plástico diciéndome son un euro Carmen, ¿algo más? no gracias contesto, dándole el euro, entró en el portal ,en el tablero de anuncios, había un anuncio de morosos, entré esos, estaba mi piso, con el nombre de mi ex marido, agacho la cabeza y subo los escalones hacia mi puerta, la abro y me siento en una silla del comedor, dejó la bolsa de pan encima de la mesa y me pongo una mano en mi frente saliendo lagrimas por mis ojos ,con una servilleta me secó los ojos respiro y digo no ¡Nooo Carmen lucha! ¡Lucha por tus hijos! es lo que en mi mente retumba, me levanto salgo al baño abro la llave del grifo y me echo agua en mi cara, con el jabón me quito el maquillaje que ya antes me había puesto, secándome la cara me miro al espejo maquillándome nuevamente, pienso es como el payaso triste que se maquilla y pinta y hace reír al público, ése pensamiento me hace reír de mi misma y mi situación, creó que es una risa nerviosa, púes enseguida se me quita, al escuchar el sonido de la olla exprés… Seguirá

 

Tu relato es real, muy real, por desgracia. ¡Cuantas personas sufren esta situación! La insolidaridad de todos es la causa de estos problemas. Pero hay que seguir insistiendo. La protagonista no puede permitirse el "lujo" de caer en la depresión. No puede perder la esperanza. Siempre hay que volver a empezar cada día.

Te felicito por el realismo que expresa el relato. Un abrazo solidario.

 

Gracias; ella luchará como una leona,se arrancara la piel,pero al final una sonrisa en sus labios, al ver concluido su trabajo.