¡Cuánto penar para morirse uno! (en recuerdo de Miguel Hernández)

Cuánto penar para morirse uno*
(recordando a Miguel Hernández)​

Nacemos entre gritos de dolor,
vivimos entre penas y miseria,
no hay nada divertido en esta feria
solo alivio fugaz en el amor.

La vida es un esfuerzo agotador
por dar valor de oro a la materia,
asunto de alquimistas, cosa seria,
no en manos de cualquier trabajador.

El gran Miguel Hernández con belleza
y palabras certeras de hombre cuerdo
en un poema digno de recuerdo​

lo supo atestiguar como ninguno
expresando al final esta tristeza:
¡Cuánto penar para morirse uno!*
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* Es el último verso de este hermoso soneto de Miguel Hernández que les dejo para su disfrute :

Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.

Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.

Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!

Miguel Hernández

 

Hermoso homenaje para uno de los más grandes poetas que han existido. Mis felicitaciones, jmacgar. Saludos.

 

Hermoso poema como homenaje a un grande de la poesía y el poema de él es precioso. Gracias por compartirlo. Encantada de leerte. Saludos y Bendiciones.

 

Conocía este poema de Miguel Hernández, poeta al que he leído mucho, pero hijo, es que viendo la vida así, desde este prisma... pues mira como que me han entrado ganas de ir a suicidarme un rato. Pero solo un rato, ¿eh? enseguida vuelvo y te sigo leyendo, que con el esfuerzo agotador, las penas y las miserias, me he quedado exahusta.
Abrazos.

 

Estoy totalmente de acuerdo contigo en lo que dices de Miguel Hernández y ese soneto suyo que reproduzco aquí es un buen botón de muestra.
Gracias por tu comentario.
Te mando un cordial saludo.

 

Ayyy JMacgar, cuán bellos y certeros son tus versos, las penas no vienen solas, siempre arrastran una cadena de condenas cuyos eslabones parecen no acabarse nunca. Ayyy qué versos más musicales y cadenciosos, puro gozo el leerlos. Gracias también por recordarnos a nuestro querido y admirado Miguel Hernández, el pobretico sí que sufrió en su vida penas para luego morirse (asesinado diría yo) por la intransigencia de unos desarmados... Encantada de leerte. Besazos con cariño y con admiración auténticos...muááááácksss...

 

Tu dedicado es una joya, Juan. Me gustó muchísimo y a buen seguro a él también le hubiese gustado.
Los sonetos de Miguel Hernández casi que los sé de memoria. Bebo de forma asidua de su poesía y me ha emocionado especialmente este momento de lectura.
Gracias, amigo.

 

Excelente homenaje a Miguel Hernández, estimado JMacgar,
un grande de la poesía española,
logras en tu poema, un aire similar al de su famoso soneto,
evidente testimonio de un hombre que sufrió mucho en su vida y fue bastante incomprendido,
un saludo cordial,
Eduardo

 

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Agradables versos al son de lo que vivió y sintió.
Sabias que en una de las cárceles donde estuvo ( en el penal de Ocaña) en la esquina en un jardín hay un busto del poeta. Cuando lo vi me dio rabia.
Salud

 

Estimado Juan:

Te felicito por este excelente soneto en el que haces encaje de bolillos para insertar ese contundente verso final del gran Miguel Hernández. Es un autor fascinante sin duda alguna pero pienso
que afortunadamente en la vida también
hay aspectos positivos que se deben considerar porque de lo contrario la existencia sería demasiado triste.

Un cordial saludo.

M.A.F.L.

 

¿y Era habrá vuelto ya de suicidarse?,porque ahora voy yo pero vengo enseguida para dar de comer a la rocío ,gata,la verdad es que esta vida está llena de sofocones casi a diario los cuales describes con tu maravilloso estilo de siempre, aunque esta vez en rima continua de una forma excepcional, bueno voy a suicidarme, ahora vuelvo un beso marga

 

Bueno Marga, te doy permiso para que te suicides así, un poquito nada más, como Eratalia que al momento ya estaba por aquí otra vez.

Un montón de gracias, amiga poeta.

 

Ese poema suyo siempre me gustó especialmente, Lourdes; agradezco mucho tu presencia de nuevo en mis poesías.

Te mando un saludo muy afectuoso.

 

Gran poema, compañero... Una reflexión triste por lo sincera que resulta su expresión.
Abrazo, Juan.

 

Ya le he dicho a Marga, que por lo visto quiere imitarte e irse a sucidar también, que lo haga solo por un ratito, como tú.
Es natural que el gran Miguel escribiese poemas tan tristes y desgarradores como el soneto suyo que reproduzco aquí; no se puede decir que el pobre tuviese una vida muy agradable, y de su muerte, tan joven, para qué hablarte. Quise meterme un poco en su pellejo al hacerle este homenaje.

Gracias por comentarme con un texto tan lleno de humor, que falta que hace en esta vida de penurias varias.

Un cordial saludo.

 

Agradezco muchísimo, Isabel, tu cálido comentario donde expresas muy bien lo que he querido decir en estos versos; en cuanto a lo que dices de Miguel, cierto es también, porque sufrió mucho en su corta vida y bien que sufrió en su muerte que, seguramente, habría que calificar de asesinato como tú dices por las condiciones inhumanas de su prisión en las cárceles franquista.

Un abrazo, amiga.

 

Gracias a ti, Luis. Tus comentarios son un verdadero estímulo para seguir buscando inspiración hasta debajo de las piedras.
A mi me pasa lo mismo con M. Hernández, hay poemas suyos que o bien me los sé enteros o hay partes imborrables de otros que son ya eternos en mi memoria; los inolvidables tercetos encadenados que hizo a Ramón Sijé a su muerte (la famosa Elegía que dedicó a su amigo) me siguen emocionando profundamente cada vez que los leo.

Gracias de nuevo, Luis.
Un abrazo.

 

Cierto que lo fue, Eduardo. Morir en plena juventud después de una vida tan amarga, y en una cárcel, enfermo, en donde fue recluido por sus ideas políticas, teniendo en la calle a su mujer y a su pequeño esperándole, tiene que ser verderamente duro.

Gracias por pasar y por tu comentario.

Un cordial saludo.

 

No sabía eso de un busto suyo en Ocaña. Pensándolo bien, no está demás que se recuerde que estuvo allí y no como carcelero, sino como detenido por sus ideales. Pero sí, sí que debe dar rabia saber que estuvo en la cárcel y murió en la cárcel.

Gracias de verdad por tu paso y comentario.

 

Gracias por tan favorable comentario, Miguel Ángel.
Hay personas para las que la existencia es, por desgracia, demasiado triste, amigo. Que te encarcelen en plena juventud por tus ideales dejando en la calle a una mujer y a un crio pequeño, y que enfermes y mueras en la prisión, es como para dejar triste a cualquiera. En esta vida, por desgracia, no todo son risas y fiestas, sobre todo para algunos a los que la vida no trata demasiado bien.

Gracias de nuevo. Te mando un cordial saludo.

 

Excelente trabajo poético el que le dedicas a uno de mis poetas preferidos, Juan.
La poesía de Miguel Hernández siempre me ha transmitido un sentimiento hondo y profundo. Felicidades amigo por tan bello homenaje.

Un abrazo

 

A mi modo, traté de impregnar este poema del espíritu que tiene el último verso del soneto de Miguel Hernández.
Agradezco mucho tu comentario, Andreas.

Un abrazo.

 

Bello homenaje a un gran poeta, de triste vida sin duda.

Un saludo cordial, Juan, y mi felicitación por el trabajado soneto.

 

Excelente Juan y ademas cierto, cuanto penar para morirse uno, un fuerte abrazo.

 

En ese gusto coincidimos plenamente, Rafael. Enorme poeta Miguel Hernández, sí.

Muchas gracias por tan grato comentario que me dejas.

Un abrazo.

 

Razón tienes, Luis; la de la guadaña tiene el mismo rasero para todos, esa es la única certeza que tenemos.

Gracias por pasar y comentar.

Saludos.

 

Con Miguel Hernández me llegas; guerrillero republicano de las letras que penó lo suyo y lo de tantos que murieron en el mismo empeño ¡Cuántos buenos poemas surgieron de su pena y su dolor!
De otro poema venía dedicado a él y me encontré con el tuyo.
Un abrazote, Juan, y agradecimiento por haberlo traído con tu soneto.

 

Más vale tarde que nunca, Luis, y aunque hace ya un año, justo este mes, que me dejaste este comentario que lamentablemente había dejado pendiente de contestar, vaya ahora, con mis disculpas, mi gratitud por lo que dejaste escrito aquí.

Un cordial saludo, amigo.

 

Perdona tan retrasda respuesta, Rafael. Lo lamento de veras pero es que tengo despites como este a cada poco. En este mismo poema me quedaban aun tres respuestas que dar.

Un abrazo, amigo, con mi agradecimiento y mi petición de disculpas.

 

Te digo igual que a Rafael y a Luis de Pablos, Ramón: mis disculpas por el retraso y ni agradecimiento sincero.

Un abrazo.

 

Estoy hoy, Alonso, tratando de lavar mis pecados de desidia al no haber contestado muchos mensajes que me habían dejado ¡hace ya un año! en este poema; pero nunca es tarde, amigo para agradecer lo que me dejaste dicho aquí.

Te mando un afectuosos saludo con mi petición de disculpas.

Un abrazo, amigo.

 

Gran soneto, Juan Ramón. Grande aunque mohíno. No sé yo si me iré también a suicidarme un rato.

Un abrazo,