Lvna roja

Su corazón taciturno se enamoró de la noche, donde veía brillar los versos de aquella Luna. Y ella adoraba al día, donde extasiada gozaba de su luz de sol, ¡magia eran sus besos!... Aquellos que se daban sin tregua y con pasión.

Eclipsado, él se marchó.

Ella tratando de cortar de tajo su cariño,
se encontró escupiendo a borbotones su recuerdo; de la yugular nacían monzones.

Y en su desesperación
trató de recuperar
lo que el corazón había perdido,
besando aquella puerta hacia el infierno
con la mente contenido.

Ahora la melena rojo fuego
y su ser entero,
se desvelan gastando cada noche
un hilo encendido,
ese que logró unir al corazón partido;
y desde la herida necia,
lanza aullando al éter,
letras sin razón y sin sentido.

“¿Logras escucharlas amor mío?-pregunta con menos brillo-Que hoy podría ser, mi último latido….”


Inocente, aún no entiende el ciclo sin fin de su sufrir, aquél que a mi me hace escribir.

Lvbna de día.
X-IIII-MMXVI

 

Celebro encontrarte Loba de Día he disfrutado se una buena prosa.