La ropa de los días.

La arteria de la avenida
de insomnio maniquí
queda temporalmente
tapiada con el roto pegamento del atardecer
una presa que contiene el aullido
de la fidelidad en el cauce de memorias que
nos previene de momentos lavados con
la ropa de los días.
En esas de ambulantes micro náuseas
del desdecir de las huidas cuando dos se mienten y
se hieren en la despedida.

 

Está terminado este poema o es que no lo veo completo ¿o es así?

 

Me gustan los cuatro primeros versos pero después creo que le falta algo o soy yo que no lo entiendo...Un saludo. Paco.

 

No sé que ha pasado ya está entero gracias por la presencia Eliselle.

 

Sí le faltaba todo el final, gracias por la Presencia Paco

 

Lo leo entero y me gusta amigo Victor. Belleza y talento en tus
palabras. Un abrazo. Paco.

 

Gracias amigo Paco por tus palabras y presencia un grato abrazo.