El último sueño

EL ÚLTIMO SUEÑO

Dormía,
pero el dolor hacía superficial a su sueño.
Un lugar oscuro, con luces tenues,
donde al silencio lo marcaba
el eco del fruncir de su ceño.

Su mano fría,
temblaba y sentía que era protegida.
La inquietud de sus párpados,
que rápidamente se movían,
esbozaban el horror de ser la elegida.

Era una pesadilla,
un peso en el alma mezclado con realidad.
Y sin poder abrir sus ojos humedecidos,
veía imágenes de destrucción y consuelo
a pesar de un amor que irradiaba su claridad.

Despertó,
estando a su lado la más fiel compañía.
Cruzaron miradas buscando el perdón,
y con un simple abrazo le ganaron al tiempo,
porque fue el momento de olvidar la agonía.

En ese suspiro,
el alma de ambos quedó liberada.
Fueron muy bellos los segundos siguientes,
y con un gesto inundado de dicha
se fue para siempre, sintiéndose amada.

Y desde allí,
envuelta en un manto, contempla y admira.
No siente dolor, no tiene figura.
Mas sabe que un día, a aquel que perdió,
llegará de repente comenzando la vida.

Ángel César Cocuzza​

 

Hermosas letras.
Un placer leerte

 

Muchas gracias por tu paso y comentario. Un fuerte abrazo.

 

Eternamente agradecido por tu paso y dejar tus huellas. Un saludo cordial.

 

Un último sueño que es opacado por el dolor, pero que pese a todo mantiene un destello de esperanza, grato leerle, saludos!!

 

Muchas gracias por pasar y dejar tu comentario. Siempre existe la esperanza, especialmente la del perdón, aunque sea la última en este mundo. .
Saludos cordiales.