Hipotermia sanguínea.

Abultados nuestros corazones,
sangran desesperados,
en un frenesí escarlata,
cortamos la cadena la cual nos ata.

Chorrea de lagrimas el manto vespertino,
remoja nuestras manos en un dulce vino,
cuando lloremos todo el mundo gritará,
y cuando callemos... un niño morirá.

Somos el desprecio de las personas borrosas,
somos esas calles que se convierten en fosas,
creemos en un solo tormento y en un solo llorar.

Nuestros corazones no estarán atados nunca más,
el eterno delirio que nos corroe y nos insana,
¿es aquel que nos muestra una vida clara?,
danos paz en un ultimo susurro,
danos sangre como tu ultimo augurio.

 

Bello versar dentro de una visión un poco oscura. Me gustó amigo Ozztheus. Un abrazo. Paco.

 

El mensaje oscuro es y será el que inunde el alma más fácilmente, gracias, un saludo.