La guerra interior

Quiero escapar y llevar a mi sombra como una prenda por cambiar.
Quiero al fin del mundo a mis pies para tenerlo de partida.
Yo fui hallándome sobre los pasos del jardinero del cantador de aire
Del sempiterno obrero feliz de la hogaza de pan que se pasa de pais en pais,
Yo fui todo eso y mucho más rebalsando el vaso adherido a la voz..
Sin embargo quiero escapar de la ejecución diaria de las sombras
Que se enarbolan en el bosque amarillo en las siluetas de todos los santos olvidados
De todos los perfumes que sortean las extensiones musculares de los pobres.
Quiero un fuego que levante al vuelo con su flama
Un delirio con ojos cazadores con un grito estallando en los edificios más osados
En los bolsillos donde anidan los colores.
Hay una fuga diaria la veo cuando señalo mi brazo al norte y siento colgarse
Sobre él a unos hombres con cabeza de infinito.
Escapar abriendo la puerta del pecho
Dejándo atrás a todas las horas laborales, a todas las paredes que te arrinconan
En la noche, a las facturas matemáticas, al negocio del psicólogo al diván eléctrico
A la insomne rutina cancerígena que vuela por el lado más oscuro de la vida.
Quiero herirme de libertad
Tomar asiento en la primera cometa que surque la playa
Desnudarme con el primer río del día
Escapar
Llorar feliz para resbalar hacia delante...

 

Dicen que querer es poder... Debe ser cuestión de transformación... Difícil por la tendencia de dejarse llevar por la corriente en la que nadan otros, algo habitual, tic de supervivencia, sin embargo de ese dejarse llevar viene todo lo que viene. Muy caro el precio. A volar. Mora

 

Gracias por tu comentario. Un saludo fraterno.