Un talento en el bar

Un perro de caza que, atado con una cadena,
veía a los otros perros, los inútiles,
divertirse y vagar libremente,
se dijo:
"¿No será preferible, tal vez,
ser alguien sin talento?

Talento, de Leone Battista Alberti.

​

El cuerpo de José se tambalea
sobre la silla de una terraza de bar.
Tiembla su mano al dirigirse a la cerveza
y su boca al tragarlo.

El color de nicotina y bilis de la piel
hablan de lo imposible del medio siglo.
Ya has "vivido bastante", insinúa
el hígado, el que se ha lanzado
a conquistar el aire que nunca tuvo.

La ex mujer y los dos hijos,
a su lado charlan tranquilamente
mientras él se aferra a la amiga rubia del ahora.

La calle central del pueblo los mira
por encima del hombro y siguen
rápidamente de largo.

Por la acera de enfrente pasa
un perro que te recuerda
el cuento de Leone Battista Alberti,

y te dices que los cuentos solo cuentan
aquello que el escritor quiere y muestra.

Los perros de caza, cazan;
no vagan,
no saben
divertirse.

 

Mala cosa nacer perro de caza, ...en casa de cazadores... Buen poema, señor Vicente. Un abrazo amigo.

 

Es lo que me encontré a la vuelta del agosto salvaje, por lo incomunicado, digo. Bueno, y también por lo salvaje de los domingueros de ciudad veraneando en pueblos.

Va un abrazo.

 

Otra joyita realista más para arriba. Un abrazo señor Vicente.

 

Muy buen poema Señor Vicente... Me alegra ver que su pluma nutre el foro.

Un abrazo compañero.