Irina.

Ella era la crema de la crema.
La tenía en alta estima.
Muy por encima de mis posibilidades.
La había localizado, gracias a mis radares. Le iba a mandar un torpedo.


¡ Hundir la flota ! El missil teledirigido explota.


Supo guarescerse, sin embargo. En su letargo, hibernó, como la Osa Mayor.
Constelación preciosa y exagerada. Creció y se hizo fuerte.
Su boca, llena de miel de abejas y de flores.
Sus garras amenazantes... Me hicieron retroceder, en mi estrategia.


No la conquistaría. Era la Russia de los zares. Llamé a Miguel Strogoff, correo del Zar,


y me instruyó en la Literatura, y la novela de Julio Verne.
¡ Oh, profesora de piano ! ¡ Oh, nieves eternas !
Y Papá Noel es el abuelo del frío.
Y el vuelo del moscardón, de Rimsky Korsakov, o el ajedrez de Garry Kaspárov.





Ojos negros, película de Marcello Mastroiani. Yo suspiro. Ella toca; me deleita.


Me dedica el movimiento de los cinco dedos de una mano.
¿ Cómo vienes a Granada, tan desnuda ?
Hermosura. Trinos. Jaspe verde y ágata...


" Porque eres mago, prestidigitador e ilusionista. Por eso me desvisto ante vos. "


Abandono el salón.
Viene a verme un vendedor de enciclopedias.
Luego, un Testigo de Jehová.
Me quedo muy callado...

 

Interesante poema Nommo, buena inspiración. Que vaya todo muy bien, saludos.

 

Gracias, Tribu Zen.
Las cosas van bien, de puro milagro.
De chiripa. Por los pelos.
Porque siempre hay mucha presión, en cada mundo.
Y la vida es una aventura, precisamente por eso.
Porque no queremos ser aplastados.

 

Un placer leerte y disfrutar de tu original poesia,un abrazo afectuoso desde chile,saludos poeta.

 

Me gustó como siempre, un abrazote Nommo. Paco.