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Vega de Granada

Tema en 'Clásica no competitiva (sin premios)' comenzado por prcantos, 20 de Enero de 2017. Respuestas: 5 | Visitas: 454

  1. prcantos

    prcantos λίθον ͑ον απεδοκίμασαν ͑οι οικοδομουντες

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    Vega de Granada
    (recuerdo juvenil en octavas reales)
    ceramica.jpg
    Sobre la vertical de la Nevada
    Sierra que de Granada es blanco oriente,
    anfíboles y esquistos coronada,
    salpicada granates reluciente,
    canas antiguas de glaciar gastada
    y sideritas incisivo diente,
    doraba el sol redondo un azulejo
    de plata que tornaba hacia bermejo.

    Su caricia de rayos emitía
    cálido Junio al humeante llano
    y fresca y susurrante melodía
    del Veleta bajaba hacia el verano;
    rumor de agua al sol del mediodía,
    mosaico natural, paisaje humano:
    brazales dibujando entre las hazas
    filigranas de azul y verdes trazas.

    A la vega, paciente su ganado
    en la caliza gris de Sierra Elvira,
    donde de Hefesto ardiendo y sulfurado
    la fragua el humo la espiral espira,
    vapores a través del diaclasado,
    germinados romeros de su ira,
    van alegres bajando los pastores
    cantando coplas y cortando flores.
     
    #1
    Última modificación: 20 de Enero de 2017
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  2. jmacgar

    jmacgar Poeta veterano en el portal

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    Qué excelente octavas, Pablo; te destacaré de nuevo, y no quiero pecar de repititivo con esta alusión, la influencia gongorina que aprecio en ellas como en :

    "salpicada granates reluciente"


    también me gustaría destacar en este hermoso verso:

    "rumor de agua al sol de medio día"


    la no sinalefa, o sea el hiato, que haces entre "de" y "agua", porque la métrica del verso así te lo pide y porque seguramente, así lo recitaste tú mentalmente cuando lo construiste; esto me gusta destacarlo porque hay quien dice que la poesía se hace como se habla y yo siempre he estado en contra de esa tesis; la poesía es un "artificio" artístico en el que el poeta se vale de licencias como sinalefas, hiatos, diéresis o sinéresis para conseguir sus objetivos melódicos y métricos, y esas licencias las usa a voluntad y cuando las cree necesarias como has hecho tú aquí.
    Y por último me gustaría destacar también el verso :

    "la fragua, el humo, la espiral espira"


    que al unir esos dos términos de la misma raiz y fonéticamente tan parecidos, le da a ese verso una gracia especial.

    Mi más sincera admiración por tu trabajo.

    Un abrazo.

     
    #2
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  3. Elhi Delsue

    Elhi Delsue Invitado

    Este interesante lienzo poético que nos compartes me hace evocar ciertos parajes bucólicos cuyo autor aún no logro precisar. Poesía de otro siglo parece, del Siglo de Oro específicamente, muy bien guardada en su estuche formal, con un lenguaje muy elevado y culto y una sintaxis que recuerda al Gran Cordobés y su obra culterana. | No logro comprender la sintaxis de algunos versos de la primera estrofa, pero supongo que es mea culpa y que hay una explicación para ese asunto que, en mi opinión, no desmerece la belleza del conjunto. Destaco el juego de palabras en «la fragua el humo la espiral espira», la genialidad en el uso de las rimas, y vuelvo a agradecerte la deferencia de publicar entre nosotros.
    ¡Saludos, Pablo!
     
    #2
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  4. prcantos

    prcantos λίθον ͑ον απεδοκίμασαν ͑οι οικοδομουντες

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    Muchas gracias a todos. Qué alegría recibir comentarios tan elaborados y suculentos. Voy a intentar responder a algunas de las cuestiones que habéis puesto sobre la mesa contando, de paso, la "historia" de este poema.

    Todo parte de la siguiente pregunta que yo, como poeta aficionado, me hago a mí mismo: ¿dónde queda la poesía si eliminamos del poema lo lírico y lo filosófico? En otras palabras, ¿qué diferencia hay ente un poema y una mera descripción versificada y rimada? Para contestarla he realizado el experimento de este poema, y la respuesta que he obtenido es: metáfora y arquitectura. Concretamente en este poema he querido experimentar las posibilidades arquitectónicas del gongorismo (como bien habéis detectado); gongorismo que es, según Dámaso Alonso, otro nombre posible para el cultismo español.

    La estructura macroscópica del poema viene dada por dos montañas que flanquean la descrita vega:

    Estrofa 1: Sierra Nevada, límite oriental de la vega granadina
    Estrofa 2: la vega
    Estrofa 3: Sierra Elvira, uno de los montes que delimitan la vega por el otro lado

    La primera estrofa emplea una construcción que ha llamado la antención a Elhi Delsue. Se trata de un recurso que trata de imitar la sintaxis griega de la siguiente forma. La tendencia histórica de las lenguas romances, comparadas con el latín o con el griego, ha consistido en simplificar la rica flexión clásica. En español, por ejemplo, conservamos la flexión verbal, pero la nominal se ha reducido al mínimo gracias a las preposiciones. Si empleamos las preposiciones, ya apenas declinamos los sustantivos y los adjetivos. Pues bien, en esta estrofa yo he hecho justamente lo contrario: prescindir de las preposiciones conservando la función sintáctica que evidenciarían los casos. Por ejemplo, la proposición completa en correcto castellano sería

    ...[Sierra Nevada está] reluciente y salpicada [por] granates...


    Al prescindir de la preposición por lo que pretendo es acercarme a uno de los valores del acusativo griego (para indicar materia, instrumento, vestido...), recurso que he aprendido, naturalmente, de Góngora. Recordemos el "calzada plumas" acerca de Galatea en el Polifemo y muchos otros ejemplos. Los otros versos con que describo la Sierra también se pueden referir a acusativos griegos:

    ...gastada (=erosionada) [por] canas antiguas de glaciar y [por] incisivo diente de sideritas...

    (La siderita es un mineral muy abundante en Sierra Nevada que cristaliza en forma de agregados de romboedros que muchas veces tienen forma de sierra o de dentadura; los minerales y las rocas, y la Geología en general, son otra de mis grandes aficiones).

    La sensación de extrañeza que producen estas construcciones, desconcertantes por la aparente falta de concordancia, no va mal, creo, con la descripción de la inalcanzable cordillera que se describe.

    La segunda estrofa es mucho más transparente, como el agua y el sol que describe, y también para buscar el equilibrio entre las complicaciones de las estrofas primera y tercera. Sólo hay que señalar un quiasmo (o intercambio de calificativos) en el verso bimembre:

    mosaico natural, paisaje humano

    pues lo natural sería "paisaje natural" y "mosaico humano"; este intercambio intenta ser reflejo de la íntima alianza que durante siglos ha existido entre la naturaleza y la labor humana en la vega granadina, mosaico de pequeñas parcelas agrícolas delimitadas por los brazales de las acequias.

    La tercera estrofa, por último, es de nuevo un cúmulo de artificios. Su estructura es:

    Versos 1 y 2: Estamos tranquilamente al aire libre, el ganado pace en Sierra Elvira
    Versos 3 y 4: Bajamos a la fragua de Hefesto/Vulcano en las entrañas de la sierra
    Versos 5 y 6: Subimos con el humo o el vapor por los sistemas de grietas aplanadas (diaclasas) de la roca
    Versos 7 y 8: Bajamos alegremente con los pastores hacia la vega

    La alusión a la fragua de Hefesto procede de una leyenda que hay en Granada y que afirma que Sierra Elvira es un volcán debido a la existencia de aguas termales y a las emanaciones de vapor que en invierno salen de algunas de sus cavidades y cuevas naturales. Hoy sabemos por los estudios geológicos que esto es completamente falso: no hay volcanes en Sierra, y el origen de sus aguas termales es otro muy distinto. Pero naturalmente la poesía no tiene que prescindir de la leyenda

    Para describir la fragua de Hefesto empleo otra vez el recurso de eliminar las preposiciones para recordar la sintaxis griega, esta vez mediante un encadenamiento de genitivos (el sujeto es "la espiral" y el verbo es "espira"):

    [donde = en Sierra Elvira] la espiral [de] el humo [de] la fragua de Hefesto espira (= sale)

    He eliminado dos veces la preposición de y he mandado a otro verso el sintagma "de Hefesto", obteniendo, así, una cadena de genitivos, tomada otra vez de la lengua griega:

    la espiral el humo la fragua espira

    (no hay que poner ninguna coma); a partir de ahí ya sólo resta invertir el orden para conseguir una gradación ascendente, a imagen del humo que sale de la fragua y sube formando espirales:

    la fragua el humo la espiral espira

    y logrando, además, la paronomasia al final del verso que tanto os ha llamado la atención: "la espiral espira". Todo intenta ser reflejo del ambiente violento y de las espirales de humo de la fragua, con lo retorcido de la sintaxis por el hipérbaton y el efecto desorientador de la eliminación de las preposiciones.

    Los participios "ardiendo y sulfurado" están puestos de manera que puedan complementar tanto a Hefesto como al humo, dado el doble sentido de ambos términos (calor y azufre, por una parte, y cólera del maltratado Hefesto, por otra); incluso se pueden repartir entre ambos sustantivos si se quiere. Esta ambigüedad, o mejor, ambivalencia es algo que busco con frecuencia, y cuando lo encuentro me satisface mucho.

    Siguen dos aposiciones con las que tanto el humo como la ira de Hefesto suben por las grietas de la roca y alcanzan la superficie, encarnándose metafóricamente en las retamas y romeros de la vegetación autóctona de Sierra Elvira como iras enredadas y saliendo por las fumarolas.

    El pareado final, de complicación mínima, relaja la tensión sintáctica cuando salimos de las profundidades de la tierra y acompañamos a los pastores que cantan despreocupadamente. La bimembración y la paronomasia del último verso intentan llevarlo a cabo:

    cantando coplas y cortando flores.

    Ése es, resumidamente, el resultado de mi experimento. Creo que con este análisis queda más claro el inmenso poder constructivo de este tipo de recursos que Góngora explotó y enseño como el gran maestro que fue. Comprendo que no a todo el mundo le tiene que gustar este tipo de poesía, pero a mí me fascina. Saludos.
     
    #2
    Última modificación: 21 de Enero de 2017
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  5. prcantos

    prcantos λίθον ͑ον απεδοκίμασαν ͑οι οικοδομουντες

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    Muchas gracias, Veles. Tienes razón, dentro de diez años tendremos esas olimpiadas gongorinas...

    Y gracias también por darme, por fin, el nombre de esa figura que tanto me gusta, la hipálage (simple o doble). Yo la llamaba quiasmo porque no conocía el término hipálage, y quiasmo me parecía lo más cercano; otras veces llegué a decir "twisting"; y en algún lugar vi la expresión "desplazamiento de los calificativos". Me lo apunto para siempre.

    Saludos.
     
    #3
  6. Elhi Delsue

    Elhi Delsue Invitado

    Aprovecho que hablamos de hipálages y demás hierbas para compartir con ustedes lo que al respecto de esta figura exponen Ángelo MARCHESE y Joaquín FORRADELLAS en su Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria. Es un libro relativamente nuevo (2013), de Editorial Planeta, y se ha convertido en una de mis fuentes favoritas por la claridad con la que expone las entradas, el formato, la densidad de su contenido y los interesantísimos ejemplos que aporta.

    HIPÁLAGE. Figura sintáctica y semántica que consiste en atribuir a un objeto el acto o la idea que conviene a un objeto cercano. Borges mismo cita como ejemplo de hipálage un texto suyo (en Borges, el memorioso): Para que su horror sea perfecto, César, acosado al pie de una estatua por los impacientes puñales de sus amigos. El adjetivo «impacientes» se ha desplazado desde «amigos», al que se refiere idealmente (semánticamente) a «puñales», al que se une semánticamente. En la retórica antigua se confunde con enálage.

    ENÁLAGE. La enálage es, ante todo, una figura gramatical apoyada en el cambio funcional de una parte del discurso por otra; por ejemplo, los modos y tiempos del verbo, el adjetivo en lugar del verbo, etc. El llamado presente histórico o el imperfecto de narración, que sustituyen al pasado o al presente, son formas de enálage; pero también «mañana me voy, corre rápido» (en lugar de «mañana me iré, corre rápidamente») caben en este tipo de sustitución gramatical.
    Marouzeau expone la existencia de una enálage de proposiciones, cuando la oración que es principal en cuanto al sentido se presenta bajo la forma de una subordinada: «Ya no lo esperábamos cuando, de pronto, llegó».
    Para algunos, la enálage se identifica con la hipálage, si el cambio de posición atañe a un adjetivo: «El adjetivo se refiere gramaticalmente en vez de al sustantivo al que debía ligarse semánticamente, a otro sustantivo del contexto (Lausberg. s. v. ). Ejemplos clásicos: «altae moeniae Romae» (Virgilio), es decir, «los muros de la alta Roma» en vez de «los altos muros de Roma»; «ibant obscuri sola sub nocte» (Virgilio) en vez de «ibant soli obscura sub nocte» = «iban solitarios en la noche oscura». En el siguiente ejemplo de Borges es difícil precisar si nos encontramos con una enálage o con una hipálage: Yo fatigo sin rumbo los confines / de esa alta y honda biblioteca ciega.

    ¡Hermoso, no?
    ¡Buen provecho, amigos! Y gracias por propiciar tan interesante tema.
     
    #4
    Última modificación por un moderador: 21 de Enero de 2017
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