Exterior

Exterior

En el hueco de una cueva
yo viví casi doscientos,
esperando, esperando...
Nunca vi llegar el tiempo
de pensar lo que conlleva
ser el cuerpo, y el pensamiento.
Pero nunca fui la espera,
ni el momento tuvo cuerpo.

 

El Momento tiene cuerpo. Es como un viñedo o un olivar. En él, estamos fundidos. Porque no se nos reconoce. Cada Momento es muy extenso. Perdemos la identidad. No tenemos nombre ni apellidos. Lo que ocurre es que esa fusión, es difícil de obtener, o de percibir. Es como verlo todo, a cámara lenta.

 

Argumento inválido y falaz, porque la consistencia de un momento, sin ser visible, permanece en todos los estados sin necesidad de materia.

 

Muy bien. Entonces, no hay metáfora.
¿ Verdad ?
Y tus dientes no son perlas. Son dientes.
Muy bien.

 

Un poema corto pero con mucha expresividad y amplio contenido. Saludos cordiales.

 

El momento lo hacemos nuestro, pero lo observado está en nuestro sentimiento; es subjetivo. El objeto, paisaje, etc., observado, es ajeno en su propio momento. El momento en sí no tiene necesidad de materializarse.

 

Muchas gracias por tu comentario joblam. Saludos desde Valencia.