Rey y bandido

Le dijeron el día de su nacimiento
que su porvenir era incierto,
que con él tomarían juramento
por el mal y por bien.

Anunciaron el día de su muerte
y él con ánimo de valiente
se fue a su guerra
pastó con la mierda
y a los pies de la vida se arrodilló.

Caminó con extraños de la mano
y anduvo paisajes que nadie recuerda,
a veces se sienta a la mesa
pidiendo migajas, clamando por favor.

Besó los labios más puros
y los que han besado por rutina,
cocinó caricias entre las sábanas frías
y su nombre lo blasfeman al por mayor.

Cuando fue querido, fue rey y hoy es bandido,
fue héroe y hoy es mercenario,
si tienes suerte, lo consigues en el mercado
a tres por uno, me lo han ofrecido,
tanto que lo busqué y mira donde cayó.

Ayer que lo vi
llevaba un chaleco que le regaló la miseria
adornado con lentejuelas,
y un perfume de luto
que almacenó en el olvido,
hay veces en que lo miro
y le cierro el portón.

Lleva la crisis al máximo de su altura
cuando nació era una hermosura,
un dios, un milagro,
hoy es solo un fulano
al que algunos matan a diario,
su nombre es amor.

 

Fuertes palabras... atrocidades se han hecho en su nombre y se le llama amor a lo que no es. Es importante hacer un análisis de conciencia cada uno para ver lo que consideramos que es amor y purificar nuestras intenciones. Me gustó leer tu reflexivo poema, no sin un dejo de tristeza. Un beso.

 

Gracias María, pues sí, escuchamos tantas veces esa palabra, que a veces nos sorprende lo mal que la usan. Un placer recibirte por acá.

 

Precisamente lo escribí por eso, porque en los últimos días he visto demasiadas cosas en nombre del amor, que no comparto, definitivamente no puedo compartirlas. Un placer recibirte por acá.