Oráculos de la Siblia (II)

Oráculos de la Sibila (II)
(soneto)

Laberinto de pájaros secreto
sigue, mortal, con toda tu poesía
y descifra, infeliz, la profecía
del vuelo aciago en círculo incompleto.

Oirás encadenado a un esqueleto
temblor de nana solitaria y fría
mientras largos espectros en jauría
hunden claveles por su tempo quieto.

Corta si quieres la gentil granada,
profana sus entrañas gota a gota,
desnúdala con dedos de inclemencia.

Y encontrarás al fondo de la nada
minúscula ilusión de pena rota:
¡más triste que el morir, la no existencia!

 

Aunque pasé por aquí en otra ocasión recién lo editaste dejando un "me gusta", Pablo, mi comentario quedó pendiente para venir de nuevo con más pausa pues sabes ya que tardo soy para sumergirme en el significado de las metáforas; las tuyas suelen ser brillantes y en el caso de este poema se me antojaron oscuras, especialmente lo que leo en el primer cuarteto; con sinceridad te diré que no captaba del todo por dónde iban tus tiros, pero he de confesarte que el comentario de Luis, que suscribo, me ha iluminado mucho para la comprensión de este hermoso soneto, aunque si confirmas que es un texto que censura la interrupción del embarazo te diré que, siempre que se ajuste a los plazos que la ley establece, no estoy en contra de ese hecho que siempre es traumático para la mujer y que cuando se ve abocada a hacerlo no creo que lo haga de buena gana; pero bueno, amigo, esto es meterme en un jardín espinoso que puede generar mucha polémica y nada más lejos de mi intención al venir a comentarte que generar en tu espacio algo así. Yo solo he venido a dejarte mi testimonio de admiración por tu calidad poética y aquí queda dicho.

Saludos cordiales.

 

Gracias por vuestras lecturas y comentarios.

Este soneto es el segundo de la serie que he titulado "Oráculos de la Sibila", serie que versa sobre el tema de la infecundidad. No tiene nada de alegato antiabortista (no pensé en ese asunto al escribirlo, aunque reconozco que el aborto provocado me entristece mucho incluso en los supuestos que lo puedan hacer legal: la moral no se agota en la ley), sino que trata del amor que no puede acabar de florecer aunque quiere.

El primer cuarteto, Juan Ramón, hace referencia a una de las prácticas adivinatorias de la antigüedad: el vuelo o el movimiento de ciertas aves. En el soneto habla una profetisa (o siblia) que hace el aciago pronóstico de la imposibilidad del tan deseado hijo.

Saludos.

 

He disfrutado mucho con las metáforas, excelentes imágenes.

Saludos,

Palmira