La siesta

Hoy hay en la calle

la calma del sol fuerte

a las cinco de la tarde.

Los sonidos están más solos,

más nítidos,

el silencio penetra caliente

a través de la piel,

se hace más largo el tiempo,

más denso,

más pacífico.

Saboreo este día como un sorbo

de añejo vino,

su calor me embriaga

y lo veo azul,

brillante

limpio,

estrenado entre la lluvia.

La sensualidad se intensifica

a la luz del sol

igual que una caricia,

como un ramo de flores

en una primavera.

Su olor me llena la boca,

me penetra sutil,

recordándome tus ojos,

tus miradas

enganchadas en mí

durante tanto tiempo.

Se han espabilado más mis sentimientos,

y se ha hecho más fuerte la vida esta tarde

con el sol dentro.

La paloma del alero de enfrente

está quieta,

reposando su calor

para volar luego

con la tarde fresca,

la luz se le enreda en las alas

y planea serena,

con la lluvia, ésta más inquieta.

Yo la observo

igual que ella a mí

por la ventana.

Mido el calor por su vuelo,

por el silencio,

por el olor,

por la calma que tengo dentro de mí.

 

Buscar la paz, el sol y esas inquietas formas
que se acarician, para en vuelo dejarse atrapar
por el silencio y los aromas melodicos.
excelente. saludos de luzyabsenta

 

Sentir esa calma adormecida dejándose acariciar por la calidez de del ambiente reflejada lo que puedes observar, sin pensar hasta que la lluvia te saca del ensueño.

​

 

Un placer tus letras, me gusta recibirlas
un abrazo
maria

 

Te agradezco lo que me dices: es muy bonito eso de "libar en tus letras"
Un abrazo
maria

 

Gracias por tu amable respuesta. voy a leer otra vez
para disfrutar de esas viculaciones melancolicas de
tu obra. saludos amables. luzyabsenta