Cada renglón, el filo de un abismo en que cae mi cuerpo cada vez que lo escribo.

Estoy a un abrazo de distancia del derrumbe,
a una caricia en el pelo
de devenir bebé,
de chuparme el pulgar
y llorar por los juguetes rotos.

Estoy a un tacto de distancia
de brotar de los charcos
y ver a la lluvia
calándose
de mí.

A una mano en el hombro
de hundirme y hacerme uno con la tierra,
de ahogar a todas mis semillas,
de dejarme arrastrar
por mi propia corriente.

Estoy a un gramo de amor
de hacerme vulnerable,
de llenarme los dedos de pegatinas
que recen "CUIDADO, MERCANCÍA FRÁGIL",
de explotar como copa de vino
olvidada en el fuego,
de hacerme añicos,
de convertir mi propia carne
en los cristales rotos
que tragaré algún día.

Estoy
no más
a un sorbo
de cualquier muestra
no esperada
de cariño certero
de descubrirme humano

y nadie preparó
a mis murallas jamás
para sobrevivir
a tal
descubrimiento.

 

Muy bueno! Gracias por tus letras, un placer leerte.

Un beso,

 

¡Qué curioso el tema del amor Ad Libitum!vuelve frágiles a los humanos pero al mismo tiempo les dota de una fortaleza como para resistir a todas las intemperies, creo que no hay ninguna fuerza tan demoledora.
Saludos y feliz miércoles

 

Un poema formidable, digno de un reconocimiento. Qué bien escribes, ha sido una gozada disfrutar de este excelente poema
Saludos afectuosos

 

Muchas gracias a ambes por tanta fuerza