De Canciones

De canciones

De canciones que no se escribirán jamás
La sonata apacible y enamorada
Miraba al cielo a veces nublado, oscuro o en llamas
El mar de color de sueños que rociaban suspiros.


La voz del celeste astro que nunca se conocerá
El viento anunciante adornaba con aromas de miel.
Se pudiera tocar la nada y sería tan suave
Y mirar el invisible objeto que aduna el hombre al ser.


El alma de nebulosas formas y tan cálido aliento
En tan sutil mensaje mostró la deseada senda
El tiempo, su hermano no esperaba a nadie
Como nadie somos todos al desprendernos del ego.


La música lo era todo y el músico no era nada
No recuerda el metal el din don de las campanas
Ni se aprecian las letras que acomodan palabras
El espíritu encadenado es libre al no pensar en nada.


Escurría por su rostro más de una lágrima
La belleza silenciosa e imparable se marchaba.
De la inspiración, de las manos sabias
Se quedaría para alguien una vez más, abandonada a la eternidad.


Tobias N J -DR​

 

Bello poema, me ha gustado mucho amigo Tobias. Un abrazo. Paco.

 

Es buena la letra de esta canción, y aunque el poema es todo cuando sale de los dedos del poeta, no deja de ser parte de él...Como la música, es parte de aquel que la compone, la piensa, la musita...
Genial...
Saludos.

 

Gracias Paco, amables comentarios

 

Lirae, gracias por leerme y... claro de acuerdo, el conducto es parte del todo.