El capricho de una diosa

Hay de sus dos negros ojos,
que buscandome me miran,
tienen desnuda una pena
y en su centro se deliran,
son mi querer mi condena,
de alma morena el antojo,
porque negros mi señora,
son bonitos sus dos ojos.

Hay de su pelo ondulado
coronandole la frente,
son dos pájaros al vuelo,
de frescura y de presente,
que despliegan en el cielo,
olas del mar más dorado,
por los que mi alma padece
al estar enamorado.

Hay su boquita de rosa,
roja y voraz la serpiente,
que me enreda entre sus besos,
despiadada e indolente
dejando limpios mis huesos,
en el beso de mi hermosa,
donde alma y cuerpo son presos,
del capricho de mi diosa.

 

Bello poema de amor rico en sugerentes imágenes y en hermosas y certeras metáforas. Me ha gustado amigo carlos. Un abrazo. Paco.

 

Gracias paco tu lectura acompaña y siempre reconforta un abrazo

 

Le entregas en bandeja la facultad de hacer de ti lo que se le antoje. Enamorado kamikaze. Saludos cordiales para ti Carlos Gabriel.

 

Bello y rendido homenaje a los dotes de la musa amada. que encantan con su proclama en sentidas rimas. Un caluroso saludo. Que la vida te sea plena en todos los sentidos. Hasta pronto.

 

Gracias estimado Ferra , un enorme saludo a ti